¿Cuál es el país desarrollado más peligroso para dar a luz? Acertó: los Estados Unidos.
Según un informe de March of Dimes, la organización sin fines de lucro que lucha por la salud de las madres y los bebés, más de 700 mujeres mueren cada año en los Estados Unidos por causas relacionadas con el embarazo, y unas 50.000 mujeres gestantes sufren complicaciones que amenazan sus vidas.
Las mujeres de minorías corren un riesgo mayor de sufrir complicaciones, y las mujeres afroamericanas tienen tres veces más probabilidades que las blancas no hispanas de morir por causas relacionadas con el embarazo.
March of Dimes también calificó a 1.085 condados en los Estados Unidos como desiertos de atención de la maternidad, ya que en esos condados no hay hospitales con obstetras, ginecólogos ni personal adecuado para atender a las embarazadas.
Más de 5 millones de mujeres en los Estados Unidos viven en esos desiertos de atención a la maternidad, aunque en esos condados nacen anualmente casi 150.000 bebés. Y más de 10 millones de mujeres viven en condados con acceso limitado a cuidados maternales, y con un alto porcentaje de mujeres sin seguro médico.
Al mismo tiempo, según el Centro Nacional de Estadísticas de Salud (NCHS), el índice de nacimientos prematuros en los Estados Unidos aumentó a 9,93 por ciento en 2017 frente a 9,85 por ciento en 2016.
La desigualdad socioeconómica y un acceso ineficiente o inexistente a una atención médica de calidad son responsables de la elevada tasa de nacimientos prematuros, que son la principal causa de muerte en el primer año de vida en los Estados Unidos. Las mujeres de minorías tienen alrededor de un 50 por ciento más probabilidades de tener nacimientos prematuros que las mujeres blancas no hispanas, y sus hijos afrontan una tasa de muerte infantil 130 por ciento mayor.
March of Dimes lanzó el pasado 10 de octubre una campaña llamada #BlanketChange, para crear conciencia sobre la elevada tasa de mortalidad materna y los nacimientos prematuros. El 10 de octubre, en el marco de la campaña, se desplegaron 700 mantas en la Explanada Nacional en Washington. Cada manta representa a las 700 mujeres que mueren cada año por causas relacionadas con el embarazo.
“La muerte de una sola madre es ya una tragedia. La muerte de setecientas es una crisis de salud pública”, dijo Stacey D. Stewart, presidenta de March of Dimes.
Un sistema de atención médica que ha convertido la salud pública en un negocio muy lucrativo no puede resolver crisis como la de la maternidad en los Estados Unidos. Solamente un sistema de cuidado de la salud universal –costeado por los impuestos y que deje de estar en manos de empresas privadas cuyo objetivo es el lucro– puede solucionar la crisis y conseguir que los Estados Unidos dejen de ser el país más peligroso para dar a luz.