La Biblioteca de Lenguas Extranjeras de Moscú es una gran Torre de Babel en la cual se pueden encontrar miles de ejemplares en decenas de idiomas distintos. Pero no fue hasta la primavera del 2019 que se inauguró de forma oficial el Centro Cultural Iberoamericano, un pequeño oasis para el español en pleno centro de la capital rusa.
Y es que el español es uno de los idiomas que más ha crecido en los últimos años en Rusia. El número de estudiantes crece de forma exponencial: las academias y clubes de español se multiplican, mientras que el Instituto Cervantes recibe más solicitudes para realizar la prueba oficial. No obstante, la tradición de aprender inglés sigue siendo muy fuerte.
Esto se observa al llegar a la Biblioteca de Lenguas Extranjeras. Para llegar al Centro Cultural Iberoamericano, hay que cruzar todo el complejo dedicado al idioma de Shakespeare, lleno de libros para todas las edades y repleto de actividades como se puede observar en su calendario. Mientras, el área iberoamericana todavía no llena sus estanterías. Pero todo parece indicar que eso ocurrirá muy pronto, así lo confirma Tatiana Evgrafova, jefa del Centro Cultural Iberoamericano, quien asegura que todavía quedan muchos libros por catalogar y ese es, en esto momentos, el principal objetivo del centro.
Porque, ante todo, Evgrafova señala que promover la lectura es una de sus principales metas, como lo es el de toda biblioteca. Y esta no es la excepción. Sin embargo, a la par, y con la misma importancia, está el promover entre los ciudadanos rusos las culturas de habla española y portuguesa. Porque el portugués también está presente en el centro, aunque de forma minoritaria.
El acervo se irá complementando con el paso del tiempo a través de convenios con las diferentes embajadas que cubren el espectro iberoamericano. Actualmente han firmado diez convenios y confían en seguir adelante en este objetivo.
Para lograr sus metas, además del préstamo de libros, el centro realiza múltiples actividades, todas ellas gratuitas, como conferencias, charlas, clases de español y portugués. Además, el centro está abierto a todas aquellas lenguas que integran la geografía española, como el catalán, el euskera y el gallego.
Para Evgrafova el aprendizaje tanto de la lengua española como de la portuguesa es fundamenta, pues está convencida que la mejor manera de entender una cultura es aprendiendo el idioma de la misma. Por eso la cooperación con las academias de idiomas es fundamental.
Y la recepción por parte de la gente no pudo haber sido mejor. A pesar de que el centro tiene apenas unos meses de haberse inaugurado (la biblioteca en su totalidad tiene 90 años), ya cuentan con visitantes y lectores cautivos, además de ofrecer actividades de forma cotidiana. Además, muchos hispanohablantes que viven en Moscú se han vuelto en participantes activos, ya sea visitando las instalaciones u ofreciendo charlas o alguna otra actividad relacionada con su país.
Evgrafova está convencida de que el Centro Cultural Iberoamericano seguirá creciendo con el paso del tiempo y se irá afianzando dentro de la población interesada en estas culturas. Señala que dentro de la sociedad rusa existe una visión muy positiva, ligada principalmente al sol y la naturaleza, pero también a su diversidad de culturas. “Es muy importante el diálogo intercultural, porque la imagen abstracta que tenemos cambia y se vuelve concreta, y nos damos cuenta lo mucho que nos parecemos”, señala. Y concluye: “Finalmente tanto rusos como hispanoamericanos, todos, queremos ser felices”.