Editorial Anagrama
159 pgs.
Jean Bosmans y Margaret Le Coz huyendo de una turba de manifestantes se conocen por azar en la boca de un metro en Paris, jóvenes frágiles, sin nada ni nadie que los ate al mundo, se aferran a trabajos temporales, él encargado de una librería especializada en ciencias ocultas, a ratos escritor que reparte cuartillas a taquígrafas y que nunca termina por corregir ni publicar, ella dependienta en una que otra empresa o niñera, mientras tanto van huyendo de un pasado que los acecha sin tregua, él de su madre y un hombre extraño vestido de cura que le exigen dinero, ella de un tal Boyaval, un hombre siniestro que conoció en un café y quien no supo aceptar nunca su rechazo, así Jean y Margaret van por el mundo como dos sobrevivientes hasta que un episodio en el que se ven envueltos los patronos de Margaret, detenidos por ejercicio ilegal de la medicina, hacen que ella, indocumentada y temerosa de futuras represalias, decida huir en el primer tren nocturno hacia Berlín, su ciudad natal, con la promesa de escribir o llamar a Jean al despacho de la librería no bien se establezca allá. Muchos años después, Jean Bosmans se busca en un viaje al pasado como quien arma un rompecabezas a base de frases sueltas, episodios, fragmentos de su vida que reverberan entre la materia oscura del pasado. Y va siguiendo, como en un mapa en que traza su relación incompleta con Margaret Le Coz, sobre todo el rastro dejado en una ciudad ya casi inexistente por aquella mujer inasible que una vez amó. “Más valía no saber nada más. Por lo menos, en la duda, aún queda una forma de esperanza, una línea de fuga hacia el horizonte. Uno se dice que quizá el tiempo no ha rematado su obra de destrucción y que todavía quedan citas. Tengo que estar de regreso alrededor de las diez”. No sin cierta carga de melancolía en el relato, es la esperanza lo que finalmente mueve a Bosmans a mirar hacia atrás, hurgar en su pasado e incluso reavivar su presente con un viaje impensado por su edad al propio Berlín. Y es precisamente esa misma esperanza la que hace que esta bellísima novela con todos los ingredientes que hacen único el mundo de Modiano se cierre de forma inconclusa, como una especie de prolongación, de horizonte en que destella una luz blanca entre las nubes.