Anoche saludé al Pacífico en Playa Herradura. Bajo la mirada de la Cruz del Sur y frente al sereno mar nocturno, te sentí en mí.
Ahora mismo miro las últimas luces del atardecer en Playa Blanca. Son tenues, naranja y lila. Y el Pacífico canta y canta su amor por la playa, la besa con sus labios de espuma.
Tarareo los versos de “Concha nácar”, la canción poema de Agustín Lara:
Escondí
concha nácar mis penas en ti
y encontré
en tu seno calor de mujer.
Eres tú
el espejo donde las sirenas se van a mirar
y en tu afán de llorar
convertidas en perlas tus lágrimas brotan del mar.
Al firmamento le parece que estoy solo cantándole al mar, que vos estás en otro lugar, viviendo otra vida.
Pero aquí estás. Te he traído en mi corazón, como el océano trae vida desde sus profundidades y las deposita en estas arenas húmedas, bañadas por lágrimas de concha nácar.