La verdad está ahí afuera

En su última novela, Giovanna Rivero explora la búsqueda de significado fuera del plano terrenal.


 

Expertos han advertido en muchas ocasiones sobre los riesgos que conlleva el fracking: emisiones de gases contaminantes a la atmósfera, generación de microsismos, aumento de radiactividad en torno a los lugares de vertido de aguas residuales, fugas considerables de metano y la contaminación del suelo; eso sin mencionar los peligros para la salud pública. Ahora imagínense esto dentro de una reserva nativo americana, lo cual es un territorio bajo la gestión de tribus con soberanía limitada.

Esta problemática se encuentra en el centro de Alma oscura del alba (El cuervo, 2025) la más reciente obra de Giovanna Rivero (Montero, 1972), una novela coral en donde una serie de historias entrelazadas van confluyendo y encaminándose a un clímax en la reserva de Red Hill. Una profesora universitaria está segura de haber sido abducida por extraterrestres y sometida a experimentos, un cazador busca hacer un amuleto que proteja a su hermano menor de los malos pasos en los que anda, un joven miembro de una banda de country no logra cambiar con su poesía las pocas oportunidades que tiene ni lo que ve como una falta de futuro, y los actos autodestructivos de una chica que trafica drogas y se prostituye.

La obra está relacionada con el poema “La noche oscura del alma” escrito en el siglo XVI por San Juan de la Cruz, y no se trata solamente del juego de palabras con el título. Como le sucede a este místico católico, la protagonista de la novela, Alma, se debate en su creencia, no en un Dios benevolente y creador de la vida, sino en una fuerza extraterrestre capaz de llevarse a alguien en contra de su voluntad para violentar su cuerpo. La soledad y desolación en la que vive, sintiendo una presencia en la que nadie cree y de la que sabe que es mejor no hablar, la conducen a un escenario poco amigable con los extranjeros como ella, la reserva Red Hill, dividida por el demonio del fracking.

La novela, denominada como una fábula moderna, tiene varios paralelismos con la obra de San Juan. En esta, el destino final de la travesía, que es Dios, resulta incomprensible, así como en el relato de Rivero lo es la fuerza extraterrestre cuyos propósitos, intenciones y objetivos es imposible conocer. Lo que San Juan buscaba era una “unión divina”, justo lo que la profesora Alma desea, aunque en su caso no sea con el Todopoderoso de la religión católica.

Este viaje místico que emprende Alma para buscar la unión con esta fuerza superior no tiene el amor en su centro, sino cierta rabia y miedo que guían sus pasos en medio de la desidia de los indios Sin Huella y el ostracismo al que puede ser relegada si explica a los demás lo que quiere y busca.

Los problemas de la sociedad actual también se encuentran en la reserva, solo que amplificados al tener lugar dentro del espacio cerrado de Red Hill: tráfico de drogas, prostitución, corrupción, racismo y desidia, entre otros.

Los paseos de Alma por el bosque nevado esperando las luces en el cielo se intersectan con los de Russell, quien acecha a un ciervo para crear de sus astas el amuleto que proteja a su hermano de las malas compañías que frecuenta. Como en las fábulas clásicas, Rivero toma a un animal como figura simbólica, un ciervo que nota la proximidad de la muerte y busca al cazador que lo ha estado persiguiendo.

Cada capítulo cambia de foco, y esa voz que narra, que salta de personaje a personaje como el Gran Espíritu que guía a los nativos, es precisa y certera en lo que nos muestra, dando las pinceladas exactas que necesita cada personaje para revelar sus demonios, luchas e inseguridades. Rivero no pierde tiempo y esa presencia se desplaza por toda la reserva mostrándonos cosas que nos sorprenden, otras que son duras y nos dejan sin aliento, pero siendo las necesarias para la exploración de los temas que transitan la narración: el ecocidio, el peso de las tradiciones en la sangre, la existencia de un poder superior y la forma como la modernidad destruye el bien común de la humanidad: la naturaleza.

La historia también se adentra en la desesperanza de los más jóvenes, los cuales ven la vida en la reserva como algo sin futuro, llevándolos a incurrir en conductas autodestructivas como las de la joven que se prostituye y tiene sexo sin protección con desconocidos.

Alma oscura del alba es una novela que se distancia de sus componentes fantásticos, adentrándose en la parte emocional y psicológica de sus personajes, sondeando y diseccionando los filamentos y las corrientes que los mueven. Tampoco se siente como una fábula aleccionadora o con fines didácticos; todo lo contrario: es una historia realista sobre la búsqueda de significado (sea espiritual, extra terrenal o poético) en medio de una sociedad depredadora que ha perdido el contacto con lo sagrado.

Rivero es autora de los libros de cuentos Las bestias (1997, Premio Municipal Santa Cruz), Contraluna (2005), Sangre dulce (2006), Niñas y detectives (2009), Para comerte mejor (2015), y Tierra fresca de su tumba (2020). Ha publicado las novelas Las camaleonas (2001), Tukzon (2008), Helena 2022 (2011) y 98 segundos sin sombra (2014).

 

 

 

 

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