Nobleza hedionda
Trashy Avenue.
Una cicatriz
en el seno del lounge
sin voz ni botox.
Cuando cierra Lee Ann
y se muere el rayo
y las olas
y el silencio
un homeless encuentra
su home.
En algún momento
sublime y sin hora
su hedor
se mixtura
con fragancia chanel
en salomónico
fifty fifty.
Clack, clack, clack.
A ritmo de tacones,
la justicia
se marcha
con sus risas
a lo profundo
de la noche.
Al rato
una brisa inexplicable
acaricia el reino
de los suelos,
y un delivery etéreo
se apea
con la cajita feliz.
Tiene todo por soñar
el que nada tiene.
Pero ni tacones, ni Chanel
ni chillout.
Siete abdicaciones
en hilera
y el caliz perdido.
Ya no quedan mandatos
para esta nobleza hedionda.
Filigranas de Buda
Un Buda lascivo y alterado
acecha entre las hojas
secas del otoño.
Guarda entre los pliegues
de su abdomen
filigranas de violencia
para un contraataque eventual.
Su bio destaca
que acepta
sugerencias anónimas,
ve menos del ojo izquierdo,
y madruga con el erecto
mirando al sol naciente.
En sueños
se le aparece cada tanto
el mismo ciego
con ojos de fuego
que en su leche de muerto,
maldice en fade.
Cada mañana lo invade
la idea absurda
de infligirse las filigranas
y terminar con La Pérfida
en solo tres líneas
de un haiku gluten free.