“La primera vez que oí a la ‘Asamblea Internacional del Fuego’, creí estar internado en un Manicomio”, dice alguien en Internet, “los escapados del Infierno, viven en constante despedida”, dice otro, “su sonido ha marcado a varias generaciones”, expresa un tercero sin poder definir del todo a esta banda. Yo sí puedo hacerlo, y lo muestro a continuación:
‘Asamblea Internacional del Fuego’ es una banda de Rock (a secas), con un trasfondo psicológico catártico y letras basadas en la cultura gótica, no hay más. Lejos de ser una agrupación culta (pero sí ruidosa), la AIF se posiciona desde el 2009 en su natal Santiago para satisfacer a algunos escuchas despistados. Lo que sí es cierto, es que la AIF rockea y rockea como nadie, como también es incuestionable que su compromiso con la música es completamente innegable, que a final de cuentas, es eso lo que verdaderamente importa en una banda de Rock.
Aquí una entrevista con este “fenómeno” chileno.
¿Cómo es forjar un género como el Post-HardCore —sea lo que sea que eso signifique—, en Santiago de Chile?
Creo que nosotros no somos los primeros en ningún caso, antes ya habían varios grupos que venían experimentando y dándose mayores libertades en la composición, nosotros fuimos afortunados puesto que logramos captar una mayor atención con una sonoridad que no era el clásico tupá, tupá, tupá, eso nos dio un empujón súper grande. Pero no creemos ser gestores de nada, antes ya venia ‘Distancia’, ‘Redención 911’, ‘Don fango’… todos ellos buscaron por caminos menos explorados en Santiago de chile.
¿Cómo se crea el sello discográfico independiente ‘Andamios y Plataformas‘, una disquera propia de la banda, y en la que, desde el 2001, han lanzado todos sus discos?
‘Andamios y plataformas’ es una herramienta para Asamblea Internacional del Fuego, al comienzo queríamos hacer un sello para más grupos, con algunos lo intentamos, luego se transformó en algo muy funcional para Asamblea, siempre nuestro camino fue la autoedición. Si bien, con el tiempo se acercaron otros sellos como ‘Pifia’, ‘Inerme’ y ‘Amedment’, ‘Celadores’…. Y nos ayudaron con la ediciones en diferentes países. ‘Andamios y plataformas’ era nuestro recaudo donde podíamos controlar parte de las ediciones… nuestra pequeña trinchera.
¿Qué representó para ustedes el ingreso a la banda de Juanjo Sánchez y la grabación de ‘La marcha de la desesperanza‘?
Juanjo fue muy fundamental, cuando entró al puesto, nos llevo a tomarlo todo con mayor seriedad, con él y Gabriel tuvimos la oportunidad de equiparnos de mejor forma, puesto que Juanjo venía de otra movida y Gabriel estudiaba batería, eso le asentó mucho la sonoridad del grupo.
¿Cómo fue trabajar con A. Stephens, quien produjo su primer disco?
Fue bueno, Alejandro nos dio una mano cuando estábamos comenzando. Por aquellos tiempos lo de grabar no era tan fácil y él nos ayudó bastante en esa primera etapa, fue muy paciente con nosotros… eso siempre se agradece.
¿Y grabar en ‘Corporación Fonográfica Autónoma‘?
Nosotros ensayábamos en CFA por largo tiempo, ahí se fue dando. Lo de grabar puesto era económico y había muy buena disposición, creo que eso ayudó, tampoco teníamos tantas más opciones. En esos años todo lo que hacíamos lo financiábamos los integrantes. Por partes iguales. Ya vez, era todo muy circunstancial, dependíamos un poco de nuestra escuálida economía.
¿Cómo es la escena underground en Santiago y cómo fue recibido en ella ‘Columnas‘, su segundo disco, en el 2004?
No sabría mucho cómo contestar esto. ¿Cómo fue la recepción de ‘Columnas’? Yo espero que bien, los discos se vendieron. Poco a poco comenzó a asistir más gente a los shows… No sé si eso sea sinónimo de aceptación… y bueno, la escena es difusa, lo fue ayer y lo es hoy, seguramente mañana también lo sea. Cuando se habla de escena underground es etéreo. Funciona en miles de dimensiones y en otras no funciona tanto, lo underground es un concepto muy difuso creo yo.
¿La banda se disuelve por la salida de Emilio Fabar, o existieron otras causas?
La verdad… nunca nos disolvimos, no hay una hasta pronto, o un hasta aquí llegamos… Yo me quedé en Europa un tiempo largo, pero siempre sabíamos que si nos veíamos nuevamente, tocaríamos. Hemos vivido muchas cosas, junto hemos crecido y nos hemos envejecido, esas no son relaciones así, que uno toma y deja, no sé si me logro explicar.
¿Cuál es en sí la narrativa que englobó a ‘Lo que hablaron las ánimas en el camino‘?
Creo que en particular, en ‘Lo que hablaron las ánimas en el camino’, es la banda sonora del derrotero de la juventud, viéndolo con la perspectiva del tiempo, me parece que la idea fuerte es la desilusión, es el comprender que no somos ni tan especiales ni tan únicos, ni tan particulares…creo va por ahí.
Hay algo interesante en ustedes, y es que fincaron una especie de sonido para el libro ‘Odio las mañanas‘, de Jean Marco Rouillan, autor también de ‘Le capital humain‘ (2007). Una especie de re-mezcla de ‘Albatros‘, el disco con el que regresaron y que terminó por llamarse ‘Astoria‘. Háblenme de cómo se estructuró esto.
Es una remezcla, es tan sólo un ejercicio sonoro, nada más.
¿Cómo definirían en pocas palabras su sonido?
Asamblea para mí es una música cadenciosa, para un paisaje un tanto oscuro, Asamblea para mí es un acción para exorcizar los demonios propios.
¿A qué otra banda recomendarían para ser entrevistada por este medio?
Hay un grupo muy interesante de unos muchachos que están haciendo música instrumental hermosa se llaman ‘Osorezan’… no sé… hay tantísima música en todas partes.