¿Qué sucede cuando una hora no es una hora sino son siete años; cuándo, según tú, han transcurrido 3 horas pero en realidad han transcurrido 7 o quizás 43? No, no es que has despertado de un gran sueño o del coma, simplemente has viajado a través del espacio-tiempo.
Con Interstellar, la última película de Christopher Nolan, surgen todas estas preguntas y su respuesta científica, la aplicación simple de las leyes que nos gobiernan te rompen el corazón, te hacen llorar a mares y hacen que te sientas el ser más ínfimo y sin importancia sobre la faz de la Tierra y del Universo. ¿Quién diría que la física y las leyes de la relatividad le rompieran el corazón a aquellos que, como yo, no entienden de agujeros negros, de gusanos de tiempo (wormholes) y de la ley de gravedad?
La ciencia ficción de Interstellar deja de ser ciencia ficción para presentarte un escenario apocalíptico cercano, un planeta Tierra a punto de colapsar y la necesidad de abandonarlo para sobrevivir, todo ello ejemplificado en Cooper (Mathew Mcconaughey) un héroe que emprende un viaje en búsqueda de un planeta que cobije a él, a su familia y a toda la especie humana. Sin embargo, para Cooper, la conciencia de una debacle medioambiental no es lo que realmente desata su tragedia personal, sino es la aplicación de la ley de gravedad y ese concepto único de espacio-tiempo el que hará de su vida una continua pérdida mientras que el tiempo transcurre como lo único permanente y el mayor enemigo de esta travesía.
¿Qué es lo constante en este viaje en que el tiempo-espacio te juega malas pasadas, en que sus curvaturas y sus nuevas dimensiones te devuelven a tus pasos como un testigo impávido sin poder hacer nada? ¿Qué es lo realmente constante en este viaje a través de las galaxias?
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Si hablamos del soundtrack de la película, todas las canciones de Interstellar han sido compuestas por Hans Zimmer conocido por sus nominaciones a varios premios (BAFTA, Oscar, Globo de Oro, Emmy) y ganador del Oscar por su participación en el soundtrack del Rey León. La música de Interstellar encierra la esencia de la película, es ceremoniosa, es trágica, dramatiza la travesía de Cooper, el paso del tiempo, ejemplifica la inmensidad del universo mediante solos de pianos, de violines, con toques electrónicos que contextualizan el viaje de los astronautas hacia el infinito, hacia el agujero negro. El desespero de Cooper se puede escuchar mediante cada uno de los teclados de un, quizás, órgano de iglesia que acompaña a casi todas las canciones del soundtrack y que demuestra lo vulnerable que es el ser humano y a la vez lo implacable que es la naturaleza.
Escena 1: Miller’s Planet/Mountains
httpv://www.youtube.com/watch?v=c8A6Qoz1hpc
En esta escena, el tic-tac con el que comienza sencillamente, te abruma, te desespera, te tortura para terminar con esos coros y el órgano de iglesia que hacen esas olas magníficas y a la vez aterradoras. Una ola nunca se sintió tan peligrosa como cuando la ves teniendo de fondo esta canción.
Volvemos a la pregunta de inicio ¿ Qué es lo único constante en esta película?. ¿Qué es lo que motiva a Cooper a seguir su travesía? Es, quizás, la promesa que le hizo a su hija Murph antes de partir, hace ya varios años, es la motivación perfecta y tangible que trasciende el espacio-tiempo porque ese “I love you forever“ que le dijo antes de emprender el viaje es la frase perfecta que, enmarca la película, y que demuestra que al final por más leyes científicas que existan “love is the one thing that trascend time and space”.
El tema principal
httpv://www.youtube.com/watch?v=IDsCtDRV2uA
