
FICCIÓN

La Barbuda
El cura prendió la tablet ni bien se sentó en el confesionario. “Padre, he pecado”, leyó en el asunto del mail. Picoteó algunas frases sueltas:
El cura prendió la tablet ni bien se sentó en el confesionario. “Padre, he pecado”, leyó en el asunto del mail. Picoteó algunas frases sueltas: