A Liliana Juárez La casa abúlica, silenciosa, tenía el frente descascarado. Unas macetas inertes adornaban el patio. El perro circulaba con su habitual parsimonia.
A Liliana Juárez La casa abúlica, silenciosa, tenía el frente descascarado. Unas macetas inertes adornaban el patio. El perro circulaba con su habitual parsimonia.