
Crónicas Ilegales

Silvio Rodríguez y la hamaca hawaiana
Ojalá Dios exista y un día se le pase la borrachera Unos fortísimos latidos me despertaron, sentía que el corazón me iba a explotar
Ojalá Dios exista y un día se le pase la borrachera Unos fortísimos latidos me despertaron, sentía que el corazón me iba a explotar