Que Jorge Volpi, más que un escritor mexicano es un escritor global con preocupaciones globales es algo que se observa en muchos de sus libros, como En busca de Klingsor o No será la tierra. En el primero, Volpi novela de forma magistral los avatares que rodearon el surgimiento de la mecánica cuántica dentro de una atmósfera tan novelesca como la Europa de entre guerras, que para quien esto escribe, que desarrolla una investigación sobre las relaciones entre ciencia y literatura, supone una obra de muchos quilates. La segunda podría considerarse la continuación lógica de Klingsor pero más de medio siglo después—y dos novelas de Volpi de por medio—, pues solo así se puede entender que el autor novele lo que sucede en Rusia tras el desastre de Chernóbil, como una consecuencia de la caja de los truenos que se abrió con el descubrimiento de los mecanismos del mundo subatómico en otro mundo, la Tierra tras la caída del muro de Berlín, cada vez más complejo.
Pues bien, esa complejidad, esas conexiones con la política internacional, ese interés por los grandes temas globales, en especial por la literatura europea, que caracterizó al Crack y también a la obra de Volpi, se observa en su colección de artículos periodístico, Ficciones criminales: Estampas de la crisis (2008-2014), publicado por La Pereza Ediciones en Miami. En esos artículos, Volpi habla de la política internacional de los EEUU, de los problemas derivados del integrismo islámico, del futuro del libro, de los conflictos de Oriente Próximo, de la muerte de Nelson Mandela o del movimiento 15-M de Madrid y sus conexiones con la Primavera Árabe. El autor siempre tiene en cuenta la influencia de todos esos hechos en la situación mexicana y a veces trata específicamente de ella, pero lo hace utilizando un modelo expansivo y en ningún momento ombliguista.
El libro se estructura en tres partes: Virus, síntomas e intuiciones. La primera trata de describir los problemas, la segunda muestra los síntomas de esos problemas y la tercera proporciona las intuiciones del autor sobre esos problemas y cómo se desarrollarán en un futuro próximo, aunque sus vaticinios atraviesan todo el libro de forma transversal. En este sentido, los textos se leen de forma amena y hay que agradecer la labor editorial a la hora de organizar los materiales.
De un libro que podríamos considerar disperso por su naturaleza, aunque uno lo lee y no lo es, porque recuerda a las novelas de Volpi y se encuentra fragmentadamente y en forma de artículos el universo del autor mexicano, me gustaría destacar el tercero de sus textos por la cola: “Breve guía de la narrativa Hispánica de América. En cien aforismos (Casi tuits)”, ubicado en la sección de intuiciones. En él, tal y como su título indíca, hace Volpi una disección perfecta de la historia de la literatura latinoamericana reciente hasta nuestros días. Es un texto polémico, pues el autor afirma que Latinoamérica ya no existe, que solo existe en un plano nostálgico. Pero también hace un análisis perfecto del Boom, de los problemas del Boom y de cómo la figura de Gabriel García Márquez apantalló un movimiento estético más complejo. Aunque Volpi hace un paralelismo entre García Márquez y Roberto Bolaño que yo no comparto, pues pienso que más que apantallar, Bolaño ha abierto las ventanas de la literatura escrita en castellano, porque es un apátrida que viene desde la tradición latinoamericana a entrar en diálogo con otras tradiciones, es cierto que la disección que hace de lo que él denomina la “narrativa hispánica de América (nha)” es muy lúcida. Para el autor ya no existen territorios míticos, incluido el mundo que habitó el realismo mágico. Todo forma parte de una apuesta cosmética que hasta hace poco estuvo condicionada por las dinámicas del mercado auspiciadas por las editoriales españolas, y que en el futuro no se sabe por qué va a estar condicionado, hasta el punto de que unos cuantos de los nombres destacados de esa nha contemporánea escriben en inglés. En definitiva, las preocupaciones globales de Volpi llevadas a la literatura de los hispanos de América notablemente bien rodeada por sus preocupaciones contemporáneas. ¿Quién sabe qué novela saldrá de aquí?