Siempre me había gustado bailar, pero al parecer había perdido la práctica. En Miami he recuperado la costumbre gracias a un par de pelucas y al atrevimiento que te proporciona contonearte en la pista con una suerte de alter ego. El ánimo danzarín llegó de la mano de The Knife y de su éxito Pass This On – lo que comenzó como una reproducción de su video en cada pista de baile, acabó convirtiéndose en un ritual-.
Sin ir más lejos, el viernes pasado fue la gran guinda. La noche comenzó con una amena cena en Soya e Pomodoro: un pequeño restaurante en Downtown situado en el número 120 de la primera calle. Retando a las condiciones climáticas que nos vienen azotando en las últimas semanas, optamos por una mesa al aire libre, queríamos pensar que estábamos en un rincón remoto, alejado del continente americano. Allí probamos la deliciosa melanzane alla parmigiana acompañada por una tabla de quesos, embutidos y olivas regados con un correcto pinot grigio.
La gran sorpresa ocurrió en el interior del local: una de las estructuras más antiguas de la zona decorada de manera ecléctica e íntima. Al poco rato de ocupar nuestra mesa, comenzó a tocar una banda de jazz como complemento perfecto a la velada, lo más interesante vino luego. Los segundos platos fueron excepcionales, pasta fresca hecha en la casa de maneras muy diversas, fácil de ajustarse a paladares exigentes. Yo me decanté por el carpaccio de salmón y por una peluca rubia a lo Tina Turner que encontré al costado de mi asiento. Puestas las cosas así no quedó otra que acercarnos al Gran Central, una sala de conciertos que agita la noche de la ciudad.
En Gran Central se presentaba The Drums, un grupo de chicos de Brooklyn nacido vía Florida hace apenas unos años. La sala, sin estar abarrotada, emanaba una energía inmensa, la gente, entregada, bailaba sin parar coreando o no sus canciones. La peluca llegó hasta allí conmigo. Recapturé el ritmo de The Knife que tanto ha dado de sí en los últimos tiempos… lo demás fue historia.
Terminamos dándolo todo hasta temprano en la madrugada en The Vagabond, otro lugar que forma parte del circuito, recién descubierto, de Downtown. Es una suerte de bar-sala de conciertos que reproduce el ambiente más indie y alternativo de las grandes ciudades del país. Aún cargo con las secuelas del encuentro con la pista de baile, de punk a pop, bailamos todos los géneros ya con nuevas coreografías.
En un par de semanas se repetirá la ceremonia. En Gran Central se presenta la banda Architecture in Helsinki. Promete, pero esta vez sin peluca, aunque sirva de precedente.
httpv://youtu.be/_sAi58QFfyI