Por María Espinoza
América Nuestra: Antología de narrativa en español en Estados Unidos (2011), editada por la nueva editorial Linkgua USA Tres Aguas, incluye 18 voces de narradores iberoamericanos que escriben desde los Estados Unidos. Edmundo Paz Soldán, Ariel Dorfman, Eduardo González Viaña, Mario Bencastro, Ana Merino, Alicia Borinsky, Mirta Corpa Vargas, Ricardo Chávez Castañeda, Teresa Dovalpage, Roberto Fernández, Isaac Goldemberg, Miguel Gomes, José Montelongo, Rose Mary Salum, Enrique Del Risco Arrocha, Jesús Torecilla, además de los editores, Fernando Olszanski y José Castro Urioste, conforman el grupo de escritores selectos en esta antología.
Escrito cultural que contribuye a ilustrar la producción literaria de modo crítico y los criterios culturales y sociales de un momento histórico, esta antología no solo busca cimentar la identidad literaria de la cultura latina dentro y fuera de los Estados Unidos, sino que además es un texto digno de investigación y comentario que comprende en sí una organización de valores pluriculturales. La elección temática incluye la inmigración, la identidad latina, la memoria colectiva, las relaciones familiares, la defensa de los derechos humanos, el bilingüismo, el encuentro de diferentes culturas, la noción de pertenencia, el desarraigo, la discriminación, la latinización de las ciudades en Estados Unidos, etc; temas todos que expresan aquello que los estadounidenses no han resuelto observar en ellos mismos: su realidad como un resultado multicultural.
Esta nueva manera de narrar ideológica y lingüísticamente la realidad del latino en los Estados Unidos, se define en relación a su capacidad creativa a partir de las diferencias, de las confluencias y divergencias, de la marginación y de la ficcionalización. El resultado: una nueva perspectiva que a su vez se interpreta en una búsqueda de nuevos valores, donde distintas metodologías y escritores se alzan para presentar su propia resolución a esta problemática de discurso lingüístico y de identidad cultural. Al leer los relatos que conforman América Nuestra es posible afirmar que la identidad latina en Estados Unidos es un proceso continuo de invención que está basado en la herencia cultural y en una interacción con la cultura estadounidense.
En relación al tema de la identidad José Castro Urioste, en el prefacio que corre a su cargo señala: “Si se considera que las historias –desde los mitos hasta la cinematografía, pasando por el periodismo y la novela, son elementos constitutivos de la identidad de una comunidad —tal como lo sostienen dos intelectuales con posiciones ideológicas distintas como Slavoj Žižek y Mario Vargas Llosa—, la pregunta que surge para el caso de lo latino es preocupante. Ocultar, soslayar, minimizar las historias latinas en español ¿ha sido una manera de mermar la formación de una identidad? Si fuera así, ¿habría habido una determinada voluntad política para llevar a cabo dicho proyecto? No resulta posible responder tales interrogantes en esta ocasión, pero conviene, al menos, dejarlas planteadas”.
Biografías
José Castro Urioste nació en Montevideo, Uruguay en 1961. Obtuvo el bachillerato en Literatura en la Universidad Nacional de San Marcos (UNMSM), y completó estudios en Derecho y Ciencia Política en la Universidad de Lima. Se doctoró en Literatura Latinoamericana en la Universidad de Pittsburg (Estados Unidos). Ha escrito la obra teatral A la orilla del mundo (1989), la nouvelle Aún viven las manos de Santiago Berríos (1991), la novela ¿Y tú qué has hecho? (2001), (considerada por el crítico González Vigil como una de las mejores novelas peruanas de ese año) y la crítica literaria De Doña Bárbara al neoliberalismo: escritura y modernidad en América Latina (2006). Es coeditor del volumen Dramaturgia peruana (1999). En 2006 fue finalista en el Premio de Novela La Nación-Editorial Sudamericana, con Historias de arena. Asimismo, ha sido dos veces finalista en el concurso Letras de Oro organizado por la Universidad de Miami con la obra de teatro Ceviche en Pittsburg (1993) y con el libro de relatos Desnudos a medianoche (1996). Sus obras de teatro se han representado tanto en el Perú como en Estados Unidos. Es codirector de la revista Pie de Página y miembro del consejo editorial de Contratiempo. Colabora en El Dominical, suplemento cultural del diario El Comercio. Se desempeña actualmente como profesor en Literatura Latinoamericana en Purdue University Calumet. Junto a Fernando Olszanski, ha editado la Antología de Narrativa en Español en Estados Unidos América Nuestra (2011).
Fernando Olszanski es escritor, actor y fotógrafo, nacido en Buenos Aires, Argentina. Cursó estudios de Ingeniería Química en la Universidad de Buenos Aires. Residió alternativamente en Ecuador y Estados Unidos, donde coordinó talleres literarios. Sus trabajos han sido editados en países de Latinoamérica, Europa y Estados Unidos. Es autor de la novela Rezos de marihuana (2001), el poemario Parte del polvo (2001), y su último libro de cuentos El orden natural de la cosas (2010), ha sido galardonado con el Premio del International Latino Book Award en Nueva York. Ha colaborado con diversas publicaciones en internet, como The Barcelona Review, Voces, El arco de la Rosa, El gato de Hank, Lita Porter, Mundo poesía, El bolígrafo, Razón, Crónica Literaria, Palabra, Espéculo, y otras más. Como fotógrafo, ha participado en muestras parciales en Chicago, Argentina y Japón. Estudió teatro con Myriam Wigutov. Actualmente, reside en Niigata, Japón, donde realiza un estudio fotográfico sobre Asia, trabaja en su próxima novela y enseña la lengua española. Fue director editorial de la Revista Contratiempo y actualmente dirige la revista Consenso, de la Northeastern Illinois University. Reside en Chicago, Estados Unidos. Junto a José Castro Urioste, ha editado la Antología de Narrativa en Español en Estados Unidos América Nuestra (2011).
Fernando Olszanski
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En esta entrevista Fernando Olszanski y José Castro Urioste, editores y antólogos de América Nuestra, hablan, entre otras, cosas de cómo surgió la idea de este proyecto, el proceso de selección de autores y textos, el rol de un antólogo, y los retos que les significó compilar la antología América Nuestra.
¿Cómo y cuándo surgió la idea de América Nuestra? ¿Podría resumir el contenido de esta antología?
José Castro Urioste: Inicialmente, la propuesta vino de parte de Fernando Olszanski hace unos tres años y él tuvo la generosidad de invitarme. También estaba el hecho que la Editorial Lingkua estaba interesada de antemano en un proyecto de esta naturaleza. Después de las primeras conversaciones el proyecto quedó un tanto truncado debido a cuestiones personales. Sin embargo, pasado un tiempo, volvimos a retomarlo. Sobre la segunda parte de tu pregunta, habría que señalar que América Nuestra reúne a dieciocho escritores que escriben en español en los Estados Unidos. Sus relatos reflejan, de un modo u otro, el mundo latino en este país.
El rol que juegan los antólogos en todo este trabajo es vital. Los antólogos tienen la tarea de ser historiadores, críticos de la literatura, bibliógrafos e investigadores. ¿Cómo fue el proceso de selección de autores y textos para esta antología?
José Castro-Urioste: Sí, estoy de acuerdo contigo en que las antologías son una parte de la historia de una literatura en la medida en que pueden convertirse en una suerte de documento o de evidencia de un determinado momento histórico. Asimismo, creo que toda antología, por naturaleza, es imparcial, incompleta e incluso, yo diría que es injusta debido a que quedan fuera de ella autores y textos que podrían merecer estar incluidos. Dentro de estas limitaciones, hemos tenido ciertos criterios de selección al elaborar América Nuestra: uno de ellos fue el representativo y otro el estético. Con el primer criterio, buscábamos que estuvieran no solo escritores de distintos países de habla hispana sino, también, que se incluyera a distintas regiones de los Estados Unidos. De ese modo, se trataba de tener, en la medida de lo posible, cierto balance geográfico. Con el criterio estético, se buscaba el hecho que los relatos estuvieran bien escritos. Asimismo, como lo mencioné antes, estaba el criterio que todos textos estuvieran vinculados con el mundo latino en los Estados Unidos.
Los relatos que conforman América Nuestra se nutren no solo por el legado cultural de sus autores sino también por un nuevo entorno socio-cultural en continua transformación que se crea a partir del proceso migratorio a los Estados Unidos. En su opinión, ¿este tipo de literatura mejora la comunicación y el diálogo intercultural entre anglos e hispanos?
José Castro Urioste: Es posible, y tal vez con la comunidad “anglo” que lee en español. Creo que esta comunidad —y esto es una especulación—podría estar interesada en leer literatura en español que se ambienta en los Estados Unidos, es decir, en el territorio en que se ubica precisamente dicha comunidad “anglo”.
Las historias que forman parte de este volumen abordan temas como el bilingüismo, la problemática de construir una identidad diferente, la latinización de las ciudades en Estados Unidos, el cuestionamiento de los arquetipos raciales, el encuentro de diferentes culturas, la noción de pertenencia, el desarraigo, la discriminación, etc. ¿Estos trabajos revelan también la mirada personal de los autores, la manera de entender el nuevo tiempo y espacio de Estados Unidos, y en el camino, la construcción de un nuevo mundo?
José Castro-Urioste: Definitivamente, creo que hay un espacio y un nuevo tiempo en los Estados Unidos y parte de esa novedad es el crecimiento y la participación de la comunidad latina en distintos aspectos de la sociedad norteamericana. Este cambio cuantitativo —es decir, el crecimiento demográfico de la comunidad latina en Estados Unidos— está produciendo cambios de orden cualitativo. En estas últimas elecciones, por ejemplo, se habla mucho de la importancia del voto latino (entre los tres sectores principales) en el triunfo de Obama. Otro de esos cambios de orden cualitativo se da (o empieza a darse) en el terreno cultural y, más específicamente, en el reconocimiento y desarrollo de una literatura en español en este país.
Ustedes dos, Fernando Olszanski y José Castro Urioste, como editores, han estado en estrecha comunicación, a través de un complejo cometido con distintos escritores y perspectivas que compilan esta obra. ¿Qué creen que esta experiencia les ha dejado? Y, ¿qué retos les significó compilar esta antología?
José Castro Urioste: Creo que una de las experiencias que se debe resaltar es la generosidad con que los escritores acogieron el proyecto y su apoyo a través de sus textos o de la promoción de la antología. Por otro lado, tanto los lectores como instituciones en las que nos hemos presentado (el Instituto Cervantes, Northwestern University, Purdue University, entre otros lugares), han acogido también América Nuestra con una gran generosidad.
En su opinión, ¿cuáles son los aspectos más destacados de la narrativa escrita en español en Estados Unidos? ¿y sus debilidades?
Fernando Olszanski: Hay géneros típicamente latinoamericanos, como la novela del dictador, o el boom; la literatura en español en Estados Unidos, que aquí nos atrevemos a llamar Literatura del desarraigo, también lo es, por esencia, por los temas que trabaja, y por que la mayoría de los escritores están formados en América latina o formados en Estados Unidos por latinoamericanos. Ese puede ser el punto más destacado, que creemos que a través del fenómeno de la inmigración, de la alienación o del desarraigo se ha llegado a un nuevo género literario. Como debilidad, quizás podemos mencionar el tema del mercado y de la elección de la lengua para escribir. Muchos latinos prefieren escribir en inglés por el acceso a un mercado más grande y más comercial. Y si bien hay ejemplos concretos de escritores que se forman en inglés pero deciden escribir en español, pero son muy pocos.
América Nuestra se establece como un puente literario que enlaza dieciocho escritores latinoamericanos que viven y escriben desde los Estados Unidos. Pero, ¿cómo se mantiene el vínculo? ¿A pesar de las tradiciones literarias regionales y nacionales de cada uno de los autores y las distancias geográficas, se puede mantener un sentido de comunidad en Estados Unidos?
Fernando Olszanski: Sí, se puede, y más allá del eslogan político, aquí en Estados Unidos es donde realmente aprendemos a ser latinoamericanos. Aquí nos damos cuenta de las cosas que tienen en común un paraguayo y un dominicano, o un peruano y un guatemalteco. Aquí aprendemos que nos unen muchas cosas y que nos separan otras, pero que en general, ese concepto de patria chica, desaparece y nace el de la patria grande. Ahora desayunamos tamales, almorzamos ceviche y cenamos una feijoada. Y a nivel literario pasa lo mismo, nos enriquecemos leyendo escritores que de otra manera en nuestros países no hubiésemos conocido, o incorporar una cultura más amplia y más inclusiva de otros latinoamericanos. Y el vínculo común viene de esa experiencia de aprendizaje, de la inmigración y de la valoración de una multiplicidad de culturas. De una nueva identidad transnacional.
En el prefacio de América Nuestra, José Castro Urioste afirma que esta antología es una respuesta a un sector de Latino Studies que “da prioridad y a veces exclusividad al inglés”. ¿Por qué sucede esto? ¿Por qué la literatura escrita en español en Estados Unidos sigue siendo menospreciada? ¿Acaso la propuesta literaria y estética que esta literatura representa es una amenaza que subvierte el discurso hegemónico estadounidense? En todo caso, ¿cómo percibe el futuro de la literatura en escrita en español en Estados Unidos?
Fernando Olszanski: No sé si la llamaría menospreciada, pero es evidente que no ha sido descubierta aún por las editoriales locales, que prefieren traducir a publicar literatura auténtica. También hay cierta pereza intelectual por parte de los académicos latinos. Hay un fenómeno fundamental en esta idea que es que el español todavía es considerado una lengua extranjera. Y eso es un error conceptual muy grande. El español es la segunda lengua de este país, no está para competir con el inglés, sino para convivir en el espectro hablado de los Estados Unidos. El día que los académicos dejen de llamar al español “a Foreign Language”, la literatura en español tendrá el lugar que se merece. Y con respecto a logros de la literatura en español en Estados Unidos podemos mencionar a escritores que han logrado premios importantes, como el boliviano Claudio Ferrufiño, que ganó el Premio Casa de las Américas, con una novela que habla del fenómeno de la inmigración, o la misma América Nuestra, que fue galardonada con el segundo premio del International Latino Book Award, compitiendo con libros bilingües.
La literatura en español, enriquece la literatura de Estados Unidos, una prueba integral es la literatura chicana, que parte de ella fue escrita originalmente en español y luego traducida al inglés, pero como siempre, los libros dependen de los lectores. Si hay lectores, habrá literatura, si hay voluntad académica de estudiar este fenómeno, habrá un campo más amplio para llegar. Pero la literatura es una necesidad, el escritor necesita escribir, y mientras exista la inmigración, habrá libros en español en Estados Unidos.
¿Por qué creen que es conveniente o incluso necesario leer hoy América Nuestra?
Fernando Olszanski: Creo que deberíamos empezar definiendo a América Nuestra como un documento de nuestra presencia en esta parte del mundo. Esta antología ofrece una perspectiva única. Los dieciocho escritores que la conforman tienen estilos diferentes, formaciones distintas, y vienen de diversos países del espectro latinoamericano, pero coinciden en un país que está en un cambio trascendental. El paisaje humano está cambiando para siempre. Y el escritor, que es un testigo de su tiempo, lo retrata en el papel. Es conveniente leerla, pero también es una necesidad para entendernos, mirarnos de cerca, analizarnos en la fibra íntima. América Nuestra es más que una antología, es un libro de texto, es una expresión cultural, es un reflejo de nuestras esperanzas y también de nuestras miserias. Una herramienta necesaria para seguir aprendiendo sobre nosotros mismos.
¿En el futuro podemos esperar otro tomo de narrativa escrita en español en Estados Unidos? ¿Tienen ya algunos escritores en la mirada?
Fernando Olszanski: Toda antología siempre es un poco injusta. Siempre queremos incorporar a otros escritores, hacerlos partícipes de una idea más grande que nosotros mismos. Nos gustaría pensar que habrá un segundo tomo, o una continuación de este proyecto, pero depende de muchas variables. La recepción de América Nuestra ha sido excelente: buenas reseñas, incorporado al currículum de algunas universidades, satisfacción de los participantes con el producto final. Quizás a fin de año haya novedades al respecto, cuando nos juntemos con la gente de la Editorial Linkgua, que han creído fervientemente en esta idea, y podamos vislumbrar una segunda entrega. Por eso hablar ahora de posibles escritores sería un poco imprudente. Pero voluntad hay y el material puede llegar a ser excelente.
Muchas gracias a ambos, José Castro Urioste y Fernando Fernando Olszanski, coeditores de América Nuestra por esta entrevista.