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Los fantasmas de Taos – Primera parte

La_autora_en_el_cementerio(1)

Hace dos semanas participé en una caminata muy especial: el Tour de los Fantasmas de Taos, a cargo de Melody Romancito, que es una verdadera experta en los lugares encantados de la ciudad.
Esa tarde el grupo musical Los Kongos tocaba en la Plaza de Taos, de modo que, en lugar de reunirnos en la glorieta de la Plaza, donde generalmente se da comienzo al tour, nos encontramos frente a Café Tazza, una coffee house muy popular situada a una cuadra de allí.

El cementerio de noche

Cuando salimos para el cementerio ya estaba oscureciendo y las sombras del crepúsculo le daban un tono decididamente espectral a la aventura. El primer lugar que visitamos fue una parcela donde están enterradas tres mujeres a quienes sólo se conoce como “las tres brujas.” Sus nombres se han borrado del libro de registros del camposanto.
Melody nos hizo notar que las tumbas estaban cubiertas con asfalto, una antigua práctica encaminada a impedir que las almas en pena salieran de las tumbas.
“Fíjense que las piedras están rotas por varios lados,” explicó.
Según las leyendas locales, las piedras se quebraron debido a los esfuerzos de los espíritus cautivos por librarse de su prisión.

Tumbas_de_las_tres_brujas

Luego recorrimos otras tumbas más o menos célebres. La de Mabel Dodge Lujan, rica heredera neoyorkina que protegiera a D. H. Lawrence y a Georgia O’Keefe, tenía ofrendas por todas partes—velas, flores, hasta retratos. La devoción a la mecenas de Taos persiste, quizá porque tenemos suma necesidad de que aparezca otro protector de las artes interesado en subsidiar a los artistas residentes. (Por favor, Doña Mabel, mándenos a alguien con plata o mándenos plata no más, lo que le resulte más fácil desde el Otro Lado).
Pero la tumba más visitada en todo el camposanto es la de Kit Carson, una figura controversial de la historia del Oeste, odiado por muchos debido a su participación en la captura y destierro de los indios navajos, apaches y comanches durante la guerra entre México y Estados Unidos. Otros, sin embargo, lo consideran un valiente defensor de los indígenas locales, que eran enemigos de los que Carson expulsara de aquí. ¡Mucha y muy complicada historia nuevo mexicana!
La tumba de Kit Carson no está en buenas condiciones; su placa conmemorativa ha sido rasguñada más de una vez.
Aunque no encontramos ningún fantasma dispuesto a dialogar, el paseo por el cementerio resultó una excelente lección de historia.

El decapitado Arthur Manby

Cuando llegamos a la calle principal, Paseo del Pueblo, Melody repartió linternas a los integrantes del grupo. Ya estaba tan oscuro que ni las manos nos veíamos.
Caminamos entonces hacia la casa de Arthur Manby, un noble inglés que vivió en Taos entre 1890 y 1926 (o 1929, pues hay divergencias sobre la fecha). Conocido por adquirir tierras por medios no precisamente legales, su cuerpo decapitado se encontró una mañana dentro de la mansión, cerrada a cal y canto. A juzgar por su estado de descomposición, llevaba muerto varios días.
“En la casa habían dejado a dos perros y parece que se divirtieron con el cadáver, en especial con la cabeza,” dijo Melody.
Aunque resultaba imposible identificarlo, se asumió que el difunto era Manby. Sin embargo, unos días más tarde se reportó la desaparición de un vagabundo a quien habían visto poco antes de la muerte de Manby con las botas y una chaqueta de éste, y comenzaron las sospechas sobre la identidad del muerto. Sospechas que aumentaron cuando, años después, varias personas aseguraron haber visto a Manby, vivo y coleando, en su Inglaterra natal.
La antigua mansión de Manby ahora aloja a oficinas cuyos trabajadores han notado apariciones, ruidos y hasta olores inexplicables. El fantasma que la ronda, ¿pertenece al noble inglés o al mendigo decapitado?

La casa de Charles Bent

Luego de pasar por el antiguo juzgado de Taos, también escenario de sucesos paranormales, llegamos a la antigua casa del gobernador Bent, convertida en museo.
Charles Bent fue nombrado gobernador de Nuevo México en 1834, cuando la región pasó a ser territorio americano. En enero de 1847 murió a manos de una muchedumbre enfurecida, que protestaba la ocupación de Estados Unidos. Su mujer y sus hijos escaparon por un hueco abierto en la pared de adobe, que puede verse todavía, y se refugiaron en la casa vecina.
“En este mismo sitio encontraron su cuerpo, destrozado,” dijo Melody, señalando una esquina del portal penumbroso en el Museo Bent.
Con disimulo, los integrantes del tour nos alejamos del lugar.
“Más tarde, en represalia por lo sucedido, cientos de rebeldes fueron ahorcados aquí,” continuó Melody, guiándonos hacia lo que hoy se conoce como las Tiendas de John Dunn. “Fueron tantos que llegó un momento en que las sogas escasearon. Después que ahorcaban a los sentenciados, se engrasaban y se volvían a usar.”
Y con este ejemplo de reciclaje tétrico cierro mi crónica por hoy. Esperen la segunda parte de Los Fantasmas de Taos.
¡Que pasen un buen Halloween!
Para saber más del tour guiado por Melody Romancito, visiten su página web http://ghostsoftaos.wordpress.com/

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