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Censura y underground

Miami era una ciudad pequeña y ultra conservadora en los sesenta; sin embargo, no fue ajena al movimiento contracultural y en más de una oportunidad tuvieron desencuentros.


 

Miami nunca podrá borrar de su ADN el azote del huracán Andrew en al año 1992. Las pérdidas materiales fueron billonarias y algunas irremplazables, como el Miami Marine Stadium, de Virginia Key, a las afueras de Key Biscayne, que a la fecha, lo único que le da vida son las hojas secas que se deslizan en el suelo con el favor de la brisa. Las tribunas del Marine Stadium, con vistas a los cristales aguamarina de Brickell y a la bahía, en su momento fueron espectadores de Aretha Franklin, Elvis Presley y Queen; aunque la lista de actividades que registra su memoria es larga, y una de ellas es la de la tarde del 22 diciembre de 1969, en la que una multitud de jóvenes alzó sus pancartas de Make Love Not War frente al Beatnik Allen Ginsberg que se disponía a leer sus poemas. Pero el recital fue breve: entre los versos de “Kral Majales”, la policía apagó el micrófono de Ginsberg por comparar la represión de The Miami Police Department con la de Praga. El abogado Tobias Simon llevó el caso a corte; a Ginsberg, sostuvo, se le violó el derecho a la libertad de expresión. La sentencia se emitió a favor y finalmente el recital se llevó a cabo en enero -la siguiente aparición pública de Allen Ginsberg en Miami fue en 1972, en Miami Beach, en la puerta del Convention Center, manifestando en la Convención del partido Republicano y más adelante en The Miami International Book Fair-.

De la contracultura y el hippismo surguieron las ideas que cambiaron nuestra forma de pensar. Muchas de ellas se divulgaron gracias a periódicos underground como Los Angeles Free Press, The Berkely Barb, y el East Village Other. Estos tabloides de bajo presupuesto batallaron contra la censura y eran colectivos de artistas, escritores y músicos veinteañeros que, con una estética pop distante de las formalidades y solemnidades de la prensa habitual, llevaban un mensaje en contra de la Guerra de Vietnam, del capitalismo, en favor de la igualdad de derechos para los afroamericanos y la mujer, y apoyaban a la revolución cubana –aunque los que se politizaron perdieron su esplendor–. Charles Bukowsky, Hunter Thompson, P.J O’Rourke, Ginseberg y muchas firmas reconocidas dieron sus primeros pasos con estos medios. Si bien San Francisco y New York fueron los bastiones de la contracultura, el movimiento también llegó a Miami y las primeras páginas underground se escribieron en 1969, en el periódico The Daily Planet, de Coconut Grove, el barrio bohemio de Miami, legendario desde 1927 cuando el Playhouse Theater abrió sus puertas, en el que se gestó el festival Woodstock en una tienda de objetos para fumar marihuana, y Jim Morrison fue arrestado en el escenario del Dinner Key Auditorium en lo que fuera el último gran concierto de la banda The Doors.

Detrás de la edición y gestión cultural de The Daily Planet estuvo Jerry Powers, un joven de 22 años, de New Jersey, melómano, columnista y conductor de programas radiales que invitó a Ginsberg al poetry reading en el Marina Stadium de Key Biscayne en el que fue censurado. Entonces Miami era una ciudad conservadora de derecha, y Powers no solo lidió con la represión aquella vez sino que incluso enfrentó cargos por distribuir The Daily Planet en las calles de Coral Gables porque su contenido se consideraba obsceno. Además del evento con Ginsberg, Powers organizó cuatro eventos más en el Marina Stadium, fue locutor radial de programas de culto, y los lectores se encontraron con el Planet en circulación hasta 1974, luego Powers se mudó con su familia a New York y años después regresó a Miami, con una idea diferente de la cual aparecería su nuevo proyecto editorial: Ocean Drive Magazine.

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