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Volver a la playa

Dicho y hecho: el domingo pasado, después que el alcalde del condado de Miami-Dade, Carlos Giménez, ordenó la reapertura de las playas, salí disparado con mis hijas hacia Miami Beach.

Habían anunciado lluvia para el fin de semana, pero decidimos correr el riesgo. Afortunadamente, llovió lejos de la costa, en los húmedos suburbios del oeste, pero no en la ciudad playera, donde el tiempo estuvo espléndido y solo por la tarde aparecieron algunas nubes grises.

Lo primero que hice, en cuanto dejamos nuestras cosas en la orilla del mar, sobre la arena, fue entrar en el agua y zambullirme en las frescas aguas del Atlántico. Estuvimos allí varias horas, nadando y jugando entre las olas, disfrutando el día soleado en el océano.

Había muchas personas en ese tramo de la costa, cerca de la mundialmente famosa calle de Lincoln Road, aunque la playa no estaba tan llena de gente como de costumbre. Los bañistas y los que tomaban el sol respetaban las indicaciones de distanciamiento social (no me gusta el término aunque esté en boga; prefiero distancia física) y nunca se ponían a menos de tres metros de los demás. Todos quieren evitar el temible contagio.

Después, en la arena, dejamos que el sol nos secara y nos fuimos a tomar un café en el magnífico establecimiento Aroma, en la avenida Collins, donde termina Lincoln Road. Sentados en una mesa al aire libre, contemplamos durante un rato la ciudad, con menos automóviles y menos peatones de lo habitual, pero siempre atractiva, siempre deslumbrante, siempre invitando a pasear por sus calles pintorescas, junto a los emblemáticos edificios del art deco y las hileras de tiendas y restaurantes.

Fue maravilloso volver a la playa después de largos meses de cierre del litoral y de las medidas contra la propagación del COVID-19. La epidemia nos ha enseñado a valorar más nuestro entorno del Sur de la Florida, la bahía, la playa, el paraíso costero de Miami Beach, la ciudad que me embrujó hace muchos años. La esplendorosa ciudad donde me casé, donde nacieron mis hijas y en la cual quiero volver a vivir.

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