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Las elecciones y el triunfo de las mujeres

Las recientes elecciones de medio término en los Estados Unidos han dejado varias lecciones. Quizá las más importantes son estas:

– Auge de las mujeres

La multitudinaria Marcha de las Mujeres que tuvo lugar en Washington, el día después que Donald Trump tomó posesión de la presidencia, en protesta contra el mandatario, no fue una acción sin secuelas. Como muy pocas veces en la historia norteamericana, este año las mujeres hicieron sentir su peso electoral.

Según datos del Centro de Política y Mujeres Norteamericanas de Rutgers, ocho de cada diez norteamericanos estaban a favor de elegir mujeres para cargos públicos. Dos tercios de ellos votaron por el Partido Demócrata. Y lograron su objetivo: 113 mujeres ocuparán escaños en el Capitolio de Washington, más que nunca antes.

Entre los triunfos de las mujeres en estas elecciones, hay que señalar la resonante victoria de la socialista democrática Alexandria Ocasio-Cortez, del distrito neoyorquino del Bronx, que con 29 años –recién cumplidos en octubre– es la persona más joven que ha sido electa al Congreso. Ocasio-Cortez laboraba como mesera en un restaurante de Manhattan, ha tenido dificultades económicas y ha trabajado muy duro y en varios empleos a la vez para llegar a fin de mes. Conoce bien los problemas de la clase trabajadora, que ahora va a tener una voz firme en el Capitolio.

También por primera vez, habrá dos mujeres musulmanas en la Cámara: Ilhan Omar (Minnesota) y Rashida Tlaib (Michigan), ambas demócratas y progresistas. Ilhan nació en Somalia, y Rashida nació en Detroit de padres palestinos.

Otro triunfo para la diversidad: las demócratas Deb Haaland, de Nuevo México, y Sharice Davids, de Kansas, son las primeras mujeres indígenas elegidas a la Cámara de Representantes. Por fin los pueblos autóctonos de Norteamérica tendrán una verdadera representación en el Congreso.

El día de la elección, había 237 mujeres en las boletas. El récord anterior fue de 167. Un paso más hacia una igualdad de géneros por la que todavía hay que luchar con denuedo.

– La nación dividida

El país sigue polarizado en bandos que encuentran poco terreno común. Las mujeres siguen votando mayoritariamente por el Partido Demócrata, al igual que los hombres con un mayor nivel de educación.

En general, hay un abismo entre los grandes centros urbanos, que votan por los demócratas, y un sector rural, blanco y conservador, que vota por los republicanos y donde el presidente Trump tiene su gran base de apoyo. Más o menos lo mismo que en la elección presidencial de 2016.

Hay que señalar que en esta elección Miami se ha acercado más al modelo político de las grandes ciudades norteamericanas. De los tres republicanos de Miami en la Cámara, solo queda uno, Mario Díaz-Balart. Miami gira a babor, aunque su sector de derecha sigue haciendo mucho ruido.

– ¿Volverá a ganar Trump?

Si las elecciones de medio término profetizan el resultado de la elección presidencial, el presidente Trump podría alzarse de nuevo con el triunfo en 2020, porque la arrasadora victoria demócrata que muchos vaticinaban no se produjo. La base de apoyo republicana se mantiene prácticamente incólume, a pesar de los disparates en la Casa Blanca y las sombras sobre los negocios personales de Trump, que nunca quiso revelar sus declaraciones de impuestos, como es tradición entre los presidentes. Los legisladores republicanos –muchos de los cuales operan como cheerleadersde Trump– mantuvieron el control del Senado. Pero la Cámara de Representantes ahora tiene mayoría demócrata, y la oposición al presidente en el Capitolio se fortalece. La batalla en las próximas elecciones presidenciales de 2020 será a sangre y fuego. ¡Y cada voto cuenta!

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