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El mejor escritor ruso olvidado

De todos mis recuerdos, del sinfín de sensaciones de mi vida, ninguno me resultaba más amargo que el recuerdo del único asesinato que había cometido.

El inicio de una novela es sin duda el mejor medio para atrapar a un lector que cualquier sinopsis en la contraportada de un libro. Aun cuando el editor o incluso el mismo autor hayan puesto todo su empeño en ella.

Y es así como comienza la novela El espectro de Aleksandr Wolf  del escritor ruso Gaito Gazdánov (San Petersburgo, 1903 – Munich, 1971). Quizá una de las mejores plumas que ha dado Rusia en su historia, pero que por diversas razones ha quedado en el olvido y bajo la sombra de nombres tan reconocidos por Lev Tolstoi, Antón Chéjov, Fiódor Dostoyevski, entre otros.

Gazdánov no sólo nos ofrece un inicio directo y atractivo, como sólo los grandes escritores saben hacerlo, sino que desarrolla una historia a ratos sencilla, e incluso en algunos momentos quizá predecible, pero que consigue una gran profundidad en su desarrollo: aquel único asesinato que ha cometido no logra ser superado por el protagonista de la historia y, poco después, se convierte en su mayor obsesión al percatarse que su víctima se ha convertido en un espectro que lo perseguirá para torcerle el destino.

Combinación de thriller psicológico y policíaco, teñido de matices existencialistas y narrado con una prosa pulcra y sencilla, sin estridencias, lo que la convierte en una pequeña joya literaria. Y nunca mejor dicho, porque apenas cuenta con 152 páginas.

El espectro de Aleksandr Wolf es la quinta de las diez novelas que publicó el autor. La primera lleva por título Una noche con Clairey aunque no tiene un inicio tan potente:

Claire estaba enferma; la velaba noches enteras y, al marchar de su casa, cada vez, invariablemente, perdía el último metro y entonces recorría a pie el trayecto de la calle Raynouard hasta la plaza Saint Michel, que estaba cerca de donde yo vivía.

El autor se desnuda para mostrarnos una historia que se parece en gran medida a su propia biografía. Un joven de apenas 16 años se alista en el Ejército Blanco para combatir  a los bolcheviques durante la guerra civil ocurrida en Rusia durante 1919 y que, tras ser derrotados, toma el camino del exilio.

En la historia, muchos años después, el protagonista se reencuentra con Claire, su gran amor de juventud, y que durante una noche a su lado, recuerda sus años de juventud, cuando el mundo era todavía una incógnita y el cual observa desde la distancia, desde su propia, y asumida, soledad.

Con cada acontecimiento, el autor aprovecha para reflexionar sobre su propio ser a través de una profunda exploración de sí mismo. Un ejercicio que realiza con gran soltura, también con esa prosa limpia que cultivaría en su obras posteriores.

Por desgracia, poco más se ha traducido al español de la obra del autor. Además de las dos novelas mencionadas, Editorial Acantilado también tiene en su catálogo la sexta novela de Gazdánov: El retorno de Buda.

Y estas líneas son, de algún modo, una forma de llamar la atención para que este autor no quede en el olvido, para que tengamos la oportunidad de seguir descubriendo a Gazdánov y su obra.

Obra que incluso cautivó a aquellos autores con los que no tenía afinidades ideológicas. Es el caso de Máximo Gorki, uno de los autores más reconocidos en la extinta Unión Soviética, mientras que Gazdánov acabó trabajando para Radio Liberty, emisora financiada por la CIA que hacía propaganda política en los países de Europa del Este durante la Guerra Fría.

Gorki llegó a dedicarle las siguientes palabras:

Sin duda tiene usted mucho talento. Y permítame añadir que el suyo es un talento insólito, muy singular.

Y en verdad lo tenía.

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