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La bola

La gloria

Siento como me hundo, despacio, sabrosamente, me elevo en el precipicio, me despeño, me despingo hacia mi sabiduría con una mueca bruta. Y, qué putada,

Humedal

    a M.A.C …Mientras la lluvia… ella a contraluz mirando por la ventana. Afuera llueve, es tarde-noche y llueve también su cuerpo sobre la

jamón perlado

  directa, vaga, tangible y poco demostrable: relaciona estas confesiones, escríbelas en un papel para que no se olviden y trata de pensar en ti.

Mantecón

Acaba de abrir la puerta. Sé que es él porque escoge esta hora en que no hay nadie para venir a orinar. Al principio me

Aceitunas negras

Voy solo desde el colegio al apartamento, por el camino largo de casas puntiagudas hiriendo el cielo. Una sangre azul de nubes baja de lo

Move Out

  Abrí la puerta a tu cuerpo y salí de mi casa… caminé asqueado por una vereda imbécil, muy blanca, llena de promesas ingrávidas, flojas,

En Marte viven unos hombres verdes

La casa era anaranjada brillante, casi fosforescente. Grande, pesada, esponjosa y redonda, contrastaba con el resto de las viviendas de la cuadra, que eran cuadradas,

En la frontera

Ronald llegó con un ejército de plastilina. Se plantó en medio del patio, el parecido al de la facultad de sicología, y se puso a

Un regreso

  El buldózer descansaba enterrado hasta el nivel del asiento en la fosa que había abierto su propio peso en la acera del malecón. La

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La gloria

Siento como me hundo, despacio, sabrosamente, me elevo en el precipicio, me despeño, me despingo hacia mi sabiduría con una mueca bruta. Y, qué putada,

Humedal

    a M.A.C …Mientras la lluvia… ella a contraluz mirando por la ventana. Afuera llueve, es tarde-noche y llueve también su cuerpo sobre la

jamón perlado

  directa, vaga, tangible y poco demostrable: relaciona estas confesiones, escríbelas en un papel para que no se olviden y trata de pensar en ti.

Mantecón

Acaba de abrir la puerta. Sé que es él porque escoge esta hora en que no hay nadie para venir a orinar. Al principio me

Aceitunas negras

Voy solo desde el colegio al apartamento, por el camino largo de casas puntiagudas hiriendo el cielo. Una sangre azul de nubes baja de lo

Move Out

  Abrí la puerta a tu cuerpo y salí de mi casa… caminé asqueado por una vereda imbécil, muy blanca, llena de promesas ingrávidas, flojas,

En Marte viven unos hombres verdes

La casa era anaranjada brillante, casi fosforescente. Grande, pesada, esponjosa y redonda, contrastaba con el resto de las viviendas de la cuadra, que eran cuadradas,

En la frontera

Ronald llegó con un ejército de plastilina. Se plantó en medio del patio, el parecido al de la facultad de sicología, y se puso a

Un regreso

  El buldózer descansaba enterrado hasta el nivel del asiento en la fosa que había abierto su propio peso en la acera del malecón. La

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