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Serie Qatar / 6ta. entrega: Patriarcado, islam y la mujer

El mensaje de Alá, aún por sobreponerse a los valores patriarcales de las tribus del desierto

     Bajo el intenso rayo del sol, poca diversidad de flora crece en el seco desierto del Medio Oriente. Llama mi atención la tetraena qatarense. Sus hojas se ramifican verdes y regordetas, lucen suculentas a los ojos de los camellos y lo son, pues almacenan agua que refresca su hocico, garganta y tracto digestivo. La tetraena qatarense y árboles pequeños se han ramificado lo suficiente para que los árabes que inventaron la ciencia de la genealogía llamaran “árbol genealógico” al diagrama que muestra la ascendencia y descendencia de un individuo.

Suculenta tetraena qatarense, cortesía de floraofqatar.com

Patriarcado

     La escasez de recursos en el desierto y la necesidad de competir por ellos dio paso al surgimiento de las tribus entre los árabes hace más de 3,000 años, mucho antes del nacimiento del islam en el siglo VII d.c. Desde entonces, la solidaridad tribal se ha mantenido a través del matrimonio consanguíneo entre primos de primer y segundo grado.

      En consecuencia, los árabes organizaron su sociedad sobre un sistema basado en el parentesco. Si bien estos sistemas pueden basarse en el linaje de la madre (lo cual ha ocurrido en África), entre los árabes se dio del lado del padre. Además, quedaron prohibidas las relaciones sentimentales y sexuales fuera del matrimonio para evitar la procreación de hijos de quienes no se supiera su descendencia o para no entablar alguna relación no deseada fuera de la tribu. Es decir, para conservar los recursos en la tribu y la pureza del linaje.

     Fue tan importante para los árabes llevar el registro del linaje del individuo y de las familias que crearon la ciencia de la genealogía[1]. También desarrollaron un sistema para darle nombre a cada individuo y comunicar su linaje: el primero es el nombre de la persona. El segundo es el nombre de su padre y es precedido por la palabra «bin», hijo de, o «bint», hija, de. Continúa la genealogía y el último es el nombre de la tribu. En la Biblia, también se nombra a los personajes con su genealogía masculina.

     Por ejemplo, el nombre completo del emir actual de Qatar es Tamim bin Hamad bin Khalifa bin Hamad bin Abdullah bin Jassim bin Mohamed Al-Thani. Su nombre de pila es Tamim. Sigue la genealogía, que es la sucesión de nombres de su padre hasta varias generaciones atrás: hijo de Hamad, (quien fue) hijo de Khalifa, (quien fue) hijo de Hamad…El último es el nombre de su tribu, Al-Thani. Su primera esposa, que es su prima en segundo grado, se llama Jawahir bint Hamad bin Suhaim Al-Thani. Su nombre de pila Jawahir es seguido por la genealogía hija (bint) de Hamad, (quien fue) hijo de Suhaim.

     En las tribus árabes, el abuelo ocupó y aún ocupa, según el conservadurismo de la familia, la posición central en la parentela. Él es el jeque, que significa jefe de tribu, familia o poblado. El jefe de familia es el proveedor y responsable de toda la familia extendida, mientras que la mujer fue cada vez más relegada al cuidado del hogar y de los hijos conforme pasaron los siglos.

     Dentro de las tribus, surgieron valores y rasgos identitarios que fueron inculcados generación tras generación. «Los hombres, basados en su abuelo a la cabeza, son la fuente de identidad y definición social relativa a otras tribus y los hombres son conferidos con el poder de controlar las acciones y actitudes de la familia, en particular, las de las mujeres en su parentela [pues en las estructuras por parentesco patrilineal, los hombres tienen un estatus mayor]… A lo largo del tiempo, la división de roles por género consolidó el sistema patriarcal que continúa modelando la posición del hombre y de la mujer dentro y fuera de la familia en las sociedades árabes»[2]. En resumen, en el patriarcado, la autoridad de la familia la tiene el abuelo y los hombres encabezan la sociedad.

Islam y las mujeres

     Los roles de género fueron diversos en las regiones árabes antes del islam. En Mesopotamia del Sur las mujeres de alto rango fueron aisladas en espacios privados. El uso del velo entre las mujeres asirias fue obligatorio, mientras que fue prohibido entre las prostitutas y esclavas. Cabe recalcar que, entre mayor dependencia del parentesco, más preocupación por la pureza del linaje y más restricciones a las libertades de las mujeres[3]. En contraste, en el Antiguo Egipto, las mujeres gozaban de los mismos derechos que los hombres[4].

 El Corán, el libro sagrado de los musulmanes. Pixabay

       El Corán, el libro sagrado del islam, fue revelado por Alá al Profeta Mahoma en el siglo VII d.c. Dice que Dios creó al hombre y a la mujer del mismo espíritu. El texto también reconoce a las mujeres: derecho a divorciarse, derecho para votar y participar en el proceso político, tener thimmah (rango o conciencia) financiera independiente y como consecuencia, administrar sus finanzas separadas de las de su marido, y su contribución en la crianza de los hijos mientras que les da las mismas oportunidades que a los hombres[5]. Además, el Corán condenó el asesinato de las recién nacidas por el hecho de ser mujeres.

     El Corán instruye a las y los musulmanes a educarse y a ganar conocimiento y no excluye a las mujeres del desarrollo profesional. La primera esposa del profeta, Khadijah, fue una mujer de negocios y la segunda con la que se casó al enviudar, A’isha, fue líder político y religiosa distinguida. Para rematar, el Corán no hace a algunos seres mejores que a otros, lo único que llegará a distinguirlos será su grado de piedad, ese es el último estándar en el islam[6].

     Entonces, ¿por qué en nuestros días las mujeres árabe musulmanas están subordinadas a los hombres? Respuesta corta: en las sociedades a las que se extendió el islam, el Corán fue interpretado bajo los valores tribales, que eran patriarcales.

      ¿Quieres saber la historia… resumida? La doctora musulmana-estadounidense Aziza al-Hibri explica que el Corán es el fundamento de la ley islámica. La sunnah (los dichos y el ejemplo del Profeta Mahoma) es usada como fuente secundaria de clarificación y guía. Donde el Corán y la Sunnah dejan preguntas sin resolver o responder, los académicos musulmanes recurren al itihad, la ciencia de la interpretación y la creación de reglas, y pueden complementar la ley con costumbres locales, siempre que sean coherentes con el Corán y la sunnah. Dada la diversidad de comunidades y regiones, surgieron muchos itihad. Los itihad y la rama judicial se convirtieron en dominio masculino primordialmente, ya que en estas comunidades los valores predominantes eran los patriarcales y además, no aprobaban la participación de las mujeres en la vida pública, a diferencia del Profeta Mahoma.

     Luego, los gobiernos autoritarios fueron restringiendo la libertad de los académicos para desarrollar itihad hasta centralizar el desarrollo de la jurisprudencia. Desde el siglo VIII, algunos gobiernos quitaron al individuo la posibilidad de elegir la itihad bajo la cual acogerse y escogieron la escuela de jurisprudencia a aplicar, pero fue hasta el siglo XVI que su implementación fue exitosa por el sultán Salim I del Imperio Otomano. La codificación de la ley tuvo lugar en el siglo XIX, cuando el Imperio Otomano recibió mayor influencia occidental[7].

     A manera de generalización, las escuelas de jurisprudencia establecieron o establecen que el padre, o un hombre de la familia en ausencia de él, arregle el matrimonio de su hija, que la mujer no pueda iniciar el divorcio y que obedezca a su marido, dentro de lo que cae obtener su permiso para salir de casa[8]. No es de sorprender, pues en la sociedad tribal patriarcal previa al islam los hombres tienen mayor estatus que las mujeres y el Corán se interpretó a la luz de los valores y costumbres patriarcales.

     Sin embargo, claramente la relación entre los géneros no es balanceada ni fomenta la armonía, como dicta el concepto de justicia, adalah, plasmado en el Corán y que se basa en Mizaan, que es balance y armonía.

     A lo largo de la historia que nos cuenta la doctora Aziza al-Hibri y simultáneamente, las sociedades musulmanas aislaron cada vez más a la mujer al hogar, separaron a los hombres y a las mujeres en los espacios públicos y establecieron que ellas se cubran con mantos negros, pues ese color difumina las curvas del cuerpo y las mujeres no resultan atractivas. Todo esto con la finalidad de evitar contacto sexual y así, conservar la pureza del linaje y el prestigio del grupo al contar con mujeres honorables. El Corán sólo dice que la mujer debe vestir modestamente y cubrirse antes de salir de su casa, pero no establece cómo.

     En el siglo XXI, las reglas escritas y no escritas y los valores patriarcales aún están arraigados entre los musulmanes[9], aunque ha habido avances importantes para las mujeres qataríes, en línea con el Corán y la sunnah.

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Previo: Matrimonio y poligamia en Qatar

Carla Pascual es autora de la autobiografía Descubrirme en Qatar (Nitro/Press, México, 2022), disponible para envíos a EUA y a Canadá en la Tienda FENALEM de Escritoras Mexicanas. https://www.escritoras.mx/producto/descubriendo-qatar-pascual-carla/

 


[1] Al-Ghanim, Kaltham, “The hierarchy of authority based on kinship, age, and gender in the extended family in the Arab Gulf States”, International Journal of Jurisprudence of the Family, 2013, p. 340.

[2] Al-Ghanim, Kaltham, “Transitional society and participation of women in the public sphere: A survey of Qatar society”, International Journal of Humanities and Social Science Research, Volume 3; Issue 2; February 2017, p. 52.

[3] Evans, Alice, “Ten thousand years of patriarchy”, 2022, https://www.draliceevans.com/post/ten-thousand-years-of-patriarchy-1 consultado el 16 de mayo de 2022.

[4] Evans, Alice, “Why is the Middle East and North Africa so patriarchal”, 2022, https://www.draliceevans.com/post/why-is-the-middle-east-and-north-africa-so-patriarchal consultado el 16 de mayo de 2022.

[5] Azizah Y. al-Hibri, Islamic Law vs. Patriarchal Systems: A Woman’s Perspective, Pers., Fall 2002, at 8, https://scholarship.richmond.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1284&context=law-faculty-publications

[6] Idem

[7] al-Hibri, Azizah. «Islam, Law and Custom: Redefining Muslim Women’s Rights.» American University International Law Review 12, N° 1 (1997): 1-44. https://digitalcommons.wcl.american.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1384&context=auilr

[8] Para un análisis detallado, consultar idem

[9] Para un análisis detallado, consultar Welzel, Christian and Amy Alexander, “Islam and patriarchy: how robust is Muslim support for patriarchal values?”, International Review of Sociology Revue Internationale de Sociologie, Vol. 21, No. 2, July 2011, p. 249 275. https://www.researchgate.net/publication/254296017_Islam_and_patriarchy_how_robust_is_Muslim_support_for_patriarchal_values

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