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Puedes encontrar tu nahual y sentirte bien:

Con ayuda de Correo-Coyote, personaje de Miguel Angel Asturias

Durante años fui vecino de Miguel Angel Asturias, yo cerca de Rue des Pyrénées, y él en el Cementerio Père Lachaise, en el distrito 20 de Paris.

Recordando su novela Hombres de Maíz, decidí buscar mi nahual, como hacía el personaje de Asturias. El hombre Correo-Coyote se convertía en su nahual, un coyote, para poder abarcar muchos kilómetros entregando la correspondencia.

Ante su tumba le pido disculpas al ganador del Premio Nobel de Literatura de 1967, porque he decidido interpretar el Correo-Coyote de una manera literal y no del realismo mágico.

Estimado lector, si tú me sigues, vas a poder descubrir tu propio nahual, no el mítico sino el real, y sentirte a todo dar.

El nahual es nuestra identidad animal, el animal simbólico que representa nuestro ser o mejor dicho, la fuerza que nos permite transformarnos físicamente en este animal: nuestro pasado genético de cuadrúpedo. Hemos ganado mucho al evolucionar a bípedos pero debido a la transformación, hemos perdido mucho también.

Cuando uno reencuentra su nahual, recupera algo de lo perdido, sin abandonar lo que ha ganado.

Como los expertos que le ayudan a uno a encontrar su genealogía, yo te ayudo a transportarte a un pasado aun más lejano y nebuloso, para recuperar tu nahual, con la diferencia que mi servicio es gratuito.

Frecuentemente se usa el término “animal” para denigrar a algún rival, pero en realidad los animales, contrario a los seres humanos, no matan por matar, sólo matan cuando tienen hambre y no a su propia especie. Qué tienen en común el asesino en masa de Las Vegas, Pinochet, Videla, Rodrigo Duterte, George W Bush, Tony Blair, Dick Cheney, Bin Laden y por supuesto Hitler: son seres humanos que nunca encontraron su nahual. Así fueron capaces de mandar a matar en masa a su propia especie.

Extraña contradicción: el nahual nos puede “humanizar”. Una manera que puedes encontrar tu nahual es de escoger el medio de recorrer el camino con los dos pies en coordinación con los dos brazos. Puede ser en bicicleta, en patines o en el andinismo, trepando con dos bastones.

Frecuentemente el andar de los animales tiene un propósito práctico, buscar comida, encontrar agua o encontrar pareja, por ejemplo. En el caso de Correo-Coyote, él era un chasqui que llevaba la correspondencia a lugares lejanos. En Francia, he visto por todas partes que los carteros se desplazan en bicicleta para la entrega del correo, o sea, repiten la imagen de Correo-Coyote. Así decidí tratar de encontrar mi nahual haciendo todos mis desplazamientos en bicicleta.

Los carteros de Francia siguen usando bicicleta desde la época de Jacques Tati:

Según el paleontólogo Sydney Savory Buckman, “Encontramos hasta cierto punto en el ciclismo un regreso a la caminata cuadrúpeda porque los brazos tienen que hacer el trabajo de soporte y el cuerpo no está recto sobre sus extremidades sino suspendido, como el del cuadrúpedo, entre el sostenimiento de adelante y de atrás” (The Medical Magazine, 1900).

Así yo me siento revivir en bicicleta aunque al principio no sabía por qué. Lo mismo le pasó al gran escritor Emile Zola, en la misma época de Buckman. Una vez que descubrió la bicicleta, Zola sintió la valentía para publicar  la carta abierta J’accuse para defender al general Dreyfus contre la clase dominante y los antisemitas. También gracias a la bici, Zola se volvió mujeriego: valentía política y virilidad sexual.

¿Qué animal sería el nahual de Zola? No sabría decir, pero el mío no es coyote porque a mí no me gusta comer la carne. Entre los animales vegetarianos más veloces se encuentran el altílope americano, el springbok de Sudáfrica, el ñu (animal muy feo, frecuentemente víctima de los gatos predadores) y el caballo.

Antes de buscar mi nahual, había escrito varios libros sobre las carreras de caballos, con un placer orgánico. Hasta la fecha nunca se me ha nacido escribir sobre los otros animales mencionados, o sea, por “razones” enteramente orgánicas, he deducido que mi nahual es el caballo.

En este momento estoy buscando un segundo nahual porque he descubierto que mi manera preferida de correr es subiendo escaleras. No se usa el talón para correr en subida, y menos en escaleras, o sea, es un movimiento de animal que me hace llegar, sin perder el aliento, al Sacre Coeur de Montmartre.

Pero fue en La Paz, Bolivia donde primero descubrí, por casualidad o fatalidad, el gusto intrínseco de subir corriendo las escaleras urbanas públicas, o sea, mi segundo nahual puede ser un animal que corre en el altiplano a más de 12.000 pies de altura. La llama y la alpaca me parecen muy lentas pero puede ser que la vicuña reside en mi lejano pasado genético.

Gracias a creative commons, Vera y Jean-Christophe por la fotografía

Te he mostrado mi ejemplo para que uses el método orgánico para recuperar tu nahual. Tienes al menos un nahual y por las razones insinuadas arriba, te conviene encontrarlo. No es una búsqueda intelectual. (1) Tienes que recuperar y reconocer tus numerosos actos inconscientes, recordar cualquier decisión en tu vida que fue hecha sin consultar tu lado racional, y asociar esta memoria con los animales más indicados. (2) Después debes decidir el modo más apto de propulsarte que no sea ni el automóvil ni la caminata (que se usa el talón), para finalizar la identidad de tu nahual.

Una vez encontrado tu nahual, puedes estar seguro de que nunca alquilarías un cuarto de hotel en Las Vegas donde, desde tu ventana, abrirías fuego sobre miles de personas que asisten a un concierto. Te asegurarías de nunca ser el director ejecutivo de una compañía del Complejo Militar-Industrial, el único verdadero ganador de las guerras.

 

 

 

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