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Lo natural y Walkabout de Roeg.

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A partir del momento en que da inicio la pieza fílmica del británico Nicolas Roeg, Walkabout (1971), se entrevé el tópico de la (des)orientación del ser humano en la sociedad occidental y su desconexión con la naturaleza.  Desde el comienzo hay una serie de imágenes que proyectan la vida en la ciudad como parte de un esquema que automatiza, recluye y limita a la mujer y al hombre; además se establecen roles predeterminados de la vida doméstica. A medida que la cinta continúa, se propone, en una especie de periplo o búsqueda, un (re)conocimiento de las verdaderas condiciones de la vida y cómo dependen de su entorno natural. El filme es una puesta en cuestión de los elementos primarios para la supervivencia y cómo se manifiestan y utilizan en las distintas sociedades.

Uno de los temas tratados en esta obra es la recurrente alusión a la dicotomía de la civilización y la barbarie. En la literatura hispanoamericana este motivo surge a partir del siglo XIX y, aún hoy día, sigue siendo parte del imaginario cultural del cono sur en América. Casual o no, el contexto de esta cinta se ubica también en el hemisferio sur, en el área rural-desértica australiana (Outback) en la que se observa la inmensidad del paisaje como factor determinante en la formación del comportamiento humano. Aún más, se muestra un entrecruce o interconexión  sociocultural y, al mismo tiempo, una dinámica que sucede entre el medio ambiente y las personas que se encuentran fluctuando en éste.  Asimismo, la pieza plantea crear disposición ante la naturaleza para así escapar del enclaustramiento de la vida ‘civilizada’.

Cabe señalarse que la dualidad entre lo bárbaro y lo civilizado no se da aquí a través de una mirada civilizadora que busca adoctrinar la barbarie. Al contrario, Roeg busca señalar las limitaciones de la sociedad occidental cuando se enfrenta a una situación extrema en la que la conservación de la vida está en juego.  La obra hace claro que el ser humano que mantiene una relación con su entorno natural, que lo conoce, que lo entiende al punto de compenetrarse con el medio ambiente, es quien posee la capacidad de supervivir.  Quien se mantiene restringido a un orden citadino reduce las posibilidades de permanecer con vida.  Por consiguiente, éste tiene menor capacidad de interconectarse con la naturaleza.

Por esto, la pieza hace recordar al conocido texto de Domingo Faustino Sarmiento (1811-88), Civilización y barbarie o vida de Juan Facundo Quiroga (1845), en el que se establece la conexión entre el paisaje y lo bárbaro con las ciudades y lo civilizado. Este libro establece que la “facultad del espíritu humano, necesita el espectáculo de lo bello, del poder terrible, de la inmensidad de la extensión, de lo vago, lo incomprensible; porque sólo donde acaba lo palpable y vulgar, empiezan las mentiras de la imaginación, el mundo ideal” (122).  Es en este esplendor de la naturaleza salvaje, tal como lo adscribieron los románticos del siglo XIX, en la inmensidad del desierto australiano, en donde comienzan a interrelacionarse la cultura ‘civilizada’, la de los niños blancos, con el estilo de vida de la cultura aborigen. Entonces, es en este lugar en donde se manifiesta el mundo imaginario y a la vez posible de los tres personajes.

Posteriormente, se hace obvio que las destrezas para subsistir de la cultura occidental son nulas: el conocimiento de la vida en la ciudad es insuficiente para desarrollarse e involucrarse efectivamente con la naturaleza.  Sin embargo, al final, la “barbarie”, los que viven en “un llano inculto de centenares de millas cuadradas, apenas interrumpido por una que otra villa de consideración” (Sarmiento 119), aunque puedan controlar el entorno, tampoco logran escapar sin afectarse a raíz de las costumbres de la sociedad ‘civilizada’. Un ejemplo de esto se observa cuando el adolescente aborigen descubre la manera en la que el mundo occidental caza su carne.  Éste reconoce que esta sociedad no respeta el ciclo natural y abusa de su posición de poder frente al animal que, en este caso, es el más débil.  De este modo, el contexto que provee la pieza fílmica puede reconocerse en cualquier dinámica que surge entre choques culturales de distintas sociedades en el mundo.  Por eso, simultáneamente, “Roeg’s desert in Walkabout is … nowhere in particular, and everywhere” (Ebert).

En el filme, lo más precario y elemental de la biología juega un papel preponderante.  Es primordial la supervivencia de la especie humana, y de todo ser vivo, específicamente, las destrezas para conseguir alimento, las intuiciones sexuales y las costumbres de la vida social. En la cinta se presentan yuxtaposiciones de los diferentes modos de vida: el tratamiento de la carne, la incorporación y correlación con la naturaleza, los hábitos culturales, y más. Nuevamente, en Sarmiento puede observarse los mismos temas que repercuten en la pieza de Roeg. El escritor decimonónico, refiriéndose a la Argentina de la dictadura de Rosas (1829-1852), hace hincapié en el papel que la naturaleza desempeña en ciertos sectores de la sociedad, en donde “el predominio de la fuerza brutal, la preponderancia del más fuerte, la autoridad sin limites y sin responsabilidad de los que mandan, la justicia administrada sin formas y sin debates”, es simplemente una mirada restringida del mundo civilizado –no sabe reconocer ni validar las formas de vidas de otras sociedades. Esto se ilustra, por ejemplo, cuando la adolescente le dice a su hermanito que el aborigen no entiende lo que le está diciendo.

Puede decirse que la obra se divide en tres etapas por las que pasan los tres personajes.  Inician en un estado de confusión: a partir de la muerte del padre y el comienzo del camino por el desierto; así como el encuentro de estos tres. Luego de hallar al aborigen, los protagonistas pasan por un segundo periodo, un proceso de (des)orientación.  El adolescente, que está en su walkabout (viaje aborigen), se recupera pronto, mas los hermanos no: les toma mucho más  tiempo examinar la realidad de su entorno.  Al terminar esta fase, pasan por la tercera, la de (re)conocimiento, la de ver que la vida/crianza que cada uno ha obtenido los va a llevar necesariamente al confinamiento de una sociedad que no acepta la cultura del otro, que no valora los elementos que son cruciales para la existencia y no para la explotación de los recursos de nuestro entorno.

Por lo ya indicado, hay aquí una contraposición de distintos modos de vida.  La cultura de los hermanos (los occidentales), queda igualmente restringida al comienzo del filme (aunque éstos son expuestos, al menos, a una forma distinta de correlacionarse socialmente y con el ambiente).  Por otra parte, la vida del aborigen, al concluir la pieza, queda detenida –éste es incapaz de continuar ante la actitud de la sociedad ‘civilizada’ para con el entorno.  “In other words, Walkabout‘s depiction of the constricting and emotionally damaging nature of modern urban Western societies coincided with a critique of contemporary life” (2004; Dan Edwards).  Al final, “It is about how all three are still lost at the end of the film –more lost than before, because now they are lost inside themselves instead of merely adrift in the world” (1997; Ebert).  Los tres personajes descubren la dura realidad desde sus propias perspectivas. Lo natural conforma la vida, y la sociedad occidental, contrariamente, confina el ecosistema y la existencia dentro de éste.

Trabajos citados:

Ebert, Roger. Great Movie: Walkabout.  1997. Tomado el 11 de marzo de 2014 de: http://www.rogerebert.com/reviews/great-movie-walkabout-1971

Edwards, Dan. “Skimming the Surface: Walkabout by Louis Nowra”. Sense of cinema: Book review, 32. 2004. Tomado el 12 de marzo de 2014 de:  http://sensesofcinema.com/2004/book-reviews/walkabout-2/

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