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Herencia en suspensión. Entrevista a Ricardo de Montreuil, el director de Lowriders.

En el voice over del comienzo de Lowriders, el protagonista cuenta dónde sale a divertirse con sus amigos. Describe una serie de costumbres que podrían ser la de cualquier angelino de su edad. La única concesión a su herencia hispana, como riéndose del cliché, son los tacos del final de la noche.

Los que escribimos en terreno del US hispanic solemos enfrentarnos a los fantasmas del cliché de lo que un latino representa en Estados Unidos. Cuando hablamos de mexicanos, la cosa se pone aún más cuesta arriba. Lowriders, la película dirigida por el peruano Ricardo De Montreuil, halló un universo infinito y feroz en un rincón de Los Ángeles donde poner en juego tradición e identidad.

Daniel (Gabriel Chevarría), un joven graffitero trabaja en el taller de su duro, parco y alcohólico-más-o-menos-recuperado padre (Demián Bichir). Los conflictos generacionales entre ellos dos se disparan cuando el hermano mayor, “the ghost” (Theo Rossi), sale de la cárcel. El coming of age de Daniel en Lowriders representa el de toda la cultura latina en los Estados Unidos. Qué significa ser latino cuando hablas perfecto inglés, no tienes problemas de papeles, tu novia es gringa y tu origen es una foto cada vez más descolorida. Cómo evolucionar cuándo te das cuenta que la herencia es el deseo del Otro.

Entrevista al Director Ricardo de Montreuil

Lowriders trata el tema de la herencia (en el sentido cultural y en el sentido familiar). Cómo metaboliza cada uno la mochila que le ponen al nacer.

¿Qué crees que aporta la película a la herencia del hispano en Estados Unidos?

Lowriders muestra una parte especifica de la cultura Mexico-Americana, no es un reflejo de todos los latinos en USA, pero sí de un grupo bastante grande, y el personaje principal no es un latino importado, pero uno nacido y criado Los Angeles. Hollywood históricamente ha preferido importar latinos de Europa y Latinoamérica, los cuales no representan la realidad de los latinos nacidos acá. Junto a los productores Brian Grazer, Mister Cartoon y Esteban Oriol, quisimos que la pelicula fuera lo mas auténtica posible, y que muestre lo que realmente representan los Lowriders para esta esta subcultura: tradición, familia y cultura.

¿Cómo te preparaste para abordar este submundo que se muestra en la historia?

Ya llevaba 5 años viviendo en Los Angeles cuando me uní al proyecto, y ya me había enamorado de la cultura Mexico-Americana. Brian Grazer, Mr Cartoon y Esteban Oriol ya habían comenzado el proceso de desarrollo y tenían un primer draft. Cartoon y Esteban me invitaron a varios eventos de Lowriding y al cruising con su car-club por Los Angeles los domingos. Los tres compartimos la misma visión de la película, pero ellos fueron los filtros de autenticidad.

En los créditos de la película, figuran dos guionistas que, tengo entendido no trabajaron juntos. ¿Cómo fue el proceso del guión y cuánto te involucraste?

Cheo ya había escrito un draft cuando yo me uní al proyecto. A Brian y a mí nos encantó el trabajo de Elgin James en Little Birds y él fue el que creo la estructura final del guión. Justin Tipping y Joshua Barnie-Gold le dieron una pulida final al guión de Elgin. Justin, siendo de California, le dio un toque más joven y auténtico a los diálogos, sobre todo al de los personajes más jóvenes.

En Suburbano nos apasiona el tema del habla del Estados Unidos hispano. ¿Cómo trabajaron el spanglish en esta película, donde mayormente se habla en inglés?

A diferencia de Miami, el idioma que predomina en la mayoría de ciudades americanas con comunidades latinas grandes es el inglés, menos en los latinos inmigrantes obviamente. Esa es la razón por lo que el uso del español o del espanglish lo mantuvimos al mínimo, pues queriamos que fuera un reflejo real de la comunidad.

Lowriders, ¿es una película para latinos? ¿O es un tema latino pensado para una audiencia mainstream?

Lowriders toca temas universales, pero los localiza dentro de la cultura méxico-americana de Lowriders en los Angeles, por lo tanto uno no necesita ser parte de la cultura para poder disfrutar de la película. Lowriders ofrece un vistazo real de lo que es esta sub-cultura americana.

¿Cómo percibes la evolución de este tipo de cine (drama intimista) frente al avance de otras plataformas –en especial de streaming– y el auge de las series?

Hacer Lowriders fue un lujo, pues cada vez es más raro ver películas de este tipo, producidas por un estudio de Hollywood en los cines. No creo que sea falta de ganas de los estudios; es la economía y la tecnología las que han marginado a este género al streaming. Pero creo que es cíclico, ésto ya lo vivió Hollywood cuando las audiencias se cansaron de las grandes producciones bíblicas y le abrió el paso al cine de autor e íntimo de los 60’s y 70’s.

La película muestra un cuidado estético plano por plano. ¿Quiénes son tus referentes cinematográficos (históricos y/o actuales)?

Eso fue el trabajo de Andrés Sanchez, nuestro director de fotografía, quien armó un equipo de lujo. La película la filmamos enteramente en handheld a tres cámaras, en 4 semanas, ya que era la forma más eficaz de contar esta historia en tan poco tiempo, y a la vez le permitió al cast poder estar en personaje de principio a final de cada escena.

¿Tienes algún proyecto en carpeta?

En este momento estoy leyendo distintos guiones, y al mismo tiempo viendo la posibilidad de retomar The Raven, la película basada en mi corto, la cual estuvimos a punto de filmar para Universal, justo antes de arrancar con Lowriders.

¿Qué historia sueñas contar?

Me fascinaría hacer The Raven. Cuando desarrollamos el guión junto a Justin Marks (The Jungle Book) y Mark Wahlberg, nos imaginamos qué sería si Estados Unidos fuera tomado por un gobierno corrupto, populista y autoritario. Irónica y lamentablemente hoy en día esa ficción se convirtió en realidad.

Gracias y que vengan muchas más.

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