Search
Close this search box.

El fenómeno «Perdida»

gone-girlTengo el defecto, entre muchos, de desconfiar por sistema de todo lo que lleve incorporado el tufillo de best-seller. Sí, ya sé, no tiene lógica esta manía, pero cuando veo que un libro lo han leído millones de lectores en todo el mundo y lo veo entre las manos de un montón de pasajeros del transporte metropolitano de mi ciudad, o leo que una película está arrasando en las taquillas de los cines de media humanidad, desconfío por sistema y me niego a leer ese libro o a ver esa película. Quizá deba enmendar mi conducta y ser mucho más abierto a raíz de Perdida.

Confieso que era una novela, la de la jovencísima Gillian Flynn, que no iba a comprar pese a verla en todos los anaqueles de las librerías que frecuento como si se tratara de una epidemia, y que el libro llegó a mis manos por deferencia de su editor en España, Ramdon House Mondadori, que me lo envió en primicia para que lo leyera antes que nadie y, si me gustaba y apetecía, escribir sobre él. Confieso también que, como miles de lectores, millones, me sentí atrapado por esa curiosa novela negra que es más bien una crónica matrimonial de una pareja en ruinas cuando desaparece esa atracción salvaje que une un hombre a una mujer y desaparece gradualmente por la maldita rutina: eso de despertarse cada día con la misma persona a tu lado es cansino sexualmente hablando a no ser que se derroche imaginación desbordante. La novela de Gillian Flynn está muy bien armada, la pareja protagonista formada por Nick Dunne y Amy son tan reales como cualquier pareja que conozcamos y el desenlace es muy ocurrente. ¡Vaya!, me dije al cerrar el libro, un best-seller que además es una buena novela.

No ha tardado el éxito literario de esta joven escritora con mucho oficio, en convertirse en película que será tan exitosa como el libro. David Fincher, uno de esos directores oscuros con los que cuenta Hollywood, autor dentro de un cine comercial, con algunas películas notables a sus espaldas como SevenZodiacEl club de las lucha y El curioso caso de Benjamin Button, ha sido el encargado de convertir en imágenes la novela de Gillian Flynn que ha colaborado en la escritura del guion, y para ello ha contado con la glamurosa actriz Rosamund Pilke, quizá demasiado bella y joven para su papel de esposa desplazada por una joven y turgente amante, y Ben Affleck que borda su papel de atolondrado marido y víctima de la historia.

thumb_perdida--gone-girl---2014-

Esta narración sobre un matrimonio en ruinas, curiosamente, es menos demoledora que La guerra de los Rose de Dany De Vito que enfrentaba hasta la muerte a la pareja formada por Kathleen Turner y Michael Douglas. La novela de Gillian Flynn y la película de David Fincher terminan siendo, a pesar de todos los avatares que dinamitan la relación sentimental de los protagonistas, un canto a la institución matrimonial que los protagonistas salvan a toda costa. A pesar de que pueda ser un infierno, parece ser la tesis de la relación entre el voluble Nick Dunne y la celosa y vengativa Amy, el matrimonio es siempre un cómodo cojín, hasta cuando el deseo desaparece, porque hay un cúmulo de intereses que son el pegamento de esa unión que en el momento de formalizar uno desea que sea para siempre. Nick Dunne no da el portazo que dio Rhett Butler a Scarlett O’Hara en Lo que el viento se llevó, a pesar de la sangrienta jugarreta de su cónyuge, sino que queda atrapado en las redes de la inteligente mantis religiosa en que se convierte la retorcida Amy. Forzados a convivir, por el interés de una y la rendición del otro, falta saber si acabarán como La guerra de los Rose en el caso de que Gillian Flynn se atreva con una secuela, que sospecho que sí.

Relacionadas

Suburbano Ediciones Contacto

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
WhatsApp
Reddit